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Las clases más divertidas del año

Dieciséis niños con discapacidades visuales, invitados por la ONCE a navegar en un galeón, entrar en un hórreo o participar en anillamientos de aves en un fin de semana especial

Los niños pudieron participar en una clase de pilates, entre otras alternativas de ocio. // Rafa Vázquez

Un almuerzo con los padres, en el que las familias pudieron intercambiar impresiones y recibir el consejo experto de los profesores especializados de la Once sobre el día a día de sus hijos, despidió ayer las jornadas lúdico educativas a las que pudieron sumarse escolares afiliados, acompañados de amigos o familiares de similar edad.

El Club Náutico de Sanxenxo colaboró con el Centro de Recursos Educativos (CRE) para que los niños con discapacidades visuales pudiesen navegar en un galeón y, previamente, tocar la maqueta de la embarcación.

Fue una lección que valoró la comunidad académica. El director de la institución docente, José Ángel Abraldes, explica a FARO que esa réplica "la agradecemos especialmente, los niños pueden sentir la experiencia de estar en el interior de un barco, o de navegar, pero no te puedes crear mentalmente las proporciones, y al utilizar una imagen a escala se pueden hacer una representación cierta de la embarcación".

No fue la única propuesta emocionante. También participaron en una sesión de anillamiento de aves, una oportunidad para saber más de la biodiversidad de la mano de especialistas que los acercaron a los secretos de la flora y la fauna de Sanxenxo.

Al éxito de las actividades al aire libre contribuyó decisivamente el buen tiempo del fin de semana, con temperaturas por encima de los 25 grados que sirvieron de anticipo al todavía lejano verano escolar.

Y fuertemente relacionado con la naturaleza, el patrimonio arquitectónico e inmaterial vinculado a los hórreos de Combarro. En esta villa los escolares no solo pudieron conocer al detalle las características de las construcciones tradicionales sino entrar en su interior. "Cambia mucho la sensación al sentirlo desde fuera y desde dentro y queríamos que los niños la experimentasen", añade el director del CRE.

Y como colofón, una clase de pilates y una salida para estrenar los columpios de Campolongo, barrio del que fueron vecinos en este fin de semana tan especial con las clases más divertidas del año.

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