Con un invierno en Mali en donde las temperaturas suelen alcanzar entre los 35 y los 45 grados en estos primeros meses de despliegue, los solados de la Brilat desplegados en ambas misiones viven en un auténtico contraste climatológico con sus compañeros en Líbano rodeados por la nieve al inicio de la misión.

"Nuestra gente se adaptó bien al medio libanés", explican desde la base Miguel de Cervantes de Marjayoun. "La niebla y las frecuentes lluvias nos recuerdan a nuestras tierras de Pontevedra y Asturias, sin embargo, nos sorprendió como de una zona a otras, en tan limitado terreno, podía variar tanto el tiempo", añaden. "La parte más oriental del sector pronto se cubrió de nieve, recordándonos ahora a nuestra sede de Valladolid, pero gracias al trabajo de nuestros zapadores, el tránsito de nuestras patrullas no se vio limitado", explican.