La acusación por el último ajuste de cuentas del narcotráfico, que se saldó con dos supuestos integrantes de una red dedicada al narcotráfico desaparecidos, se tambalea por la ausencia de un testigo "base", tal y como lo definió el propio Ministerio Fiscal. Concretamente, el juicio se celebra por la desaparición de uno de los dos implicados en el alijo de 4.000 toneladas de hachís del barco "Garbi III", hundido el 15 de septiembre de 2010 frente a las costas portuguesas. El desaparecido es Bernardo Villaverde Amil, vecino de Monte Porreiro, a quien se le perdió el rastro apenas unos días después de aquel alijo frustrado después de que varios de los acusados en este proceso, junto con otras personas, lo hubieran ido a buscar a su casa de Monte Porreiro.

Después, nunca más se supo de él. Aunque el juicio que hoy tenía previsto celebrarse en Pontevedra solo se celebra por la desaparición de Villaverde Amil, tanto la Fiscalía como la Policía Nacional están totalmente convencidos de que la misma está relacionada con otra ausencia que se produjo de forma paralela, la del conocido narco José Antonio Pouso Rivas, alias "Pelopincho". Se sospecha que ambos pudieran haber desaparecido en un ajuste de cuentas por la pérdida de aquel cargamento, que quizás las mafias marroquíes, dueñas del alijo, creyeron que pudo haber sido robado.

La razón de que la acusación contra las cuatro personas que se sientan en el banquillo se tambalee es la ausencia de este testigo clave que no es otra que la mujer de Villaverde Amil. Una ciudadana sudamericana que fue quien denunció su desaparición y que, "días después", según las propias defensas, decidió regresar a su país de origen. Las defensas señalaron que tras dos intentos de celebrar el juicio y en ambas sin la presencia de esta mujer (que fue quien vio por última vez al desaparecido junto a varios de los acusados, antes de perdérsele el rastro), esta nueva incomparecencia muestra que es "voluntaria" y que muestra que "no parece que haya mucho interés" por parte de la mujer en conocer el paradero de su marido. Es por ello que solicitaron al tribunal que "o celebre el juicio con la prueba que hay" o que dicte una sentencia absolutoria contra los cuatro acusados, todos ellos vecinos de O Salnés, contra lo que "no puede estar pesando esta espada de Damocles" de forma perpetua en el tiempo. Las defensas recordaron que el caso se remonta ya a nueve años atrás.

El fiscal pidió el archivo provisional de la causa a la espera de localizar a la mujer de nuevo, actualmente está localizada en Bolivia, y poder tomarle declaración. El tribunal adoptó esta última decisión. El fiscal reconoce que, si pasado un tiempo prudencial la comisión rogatoria que se remitirá a Bolivia para localizar a esta mujer no fructifica, deberá ir a juicio sin este testimonio que es una de las piedras angulares de su acusación.

En el banquillo de los acusados se sientan cuatro vecinos de O Salnés, entre ellos, Manuel S. F., alías "Machucho", que ya fue condenado por el transporte de hachís frustrado que dio lugar a este supuesto ajuste de cuentas. Así como Fernando S. S. "el Pirata"; José Manuel F. T. y J. J.C. G., para quienes el fiscal pide una pena de diez años de prisión por detención ilegal.