Con decenas de ejemplares de segunda mano y alguna que otra reliquia en discos de vinilo y antigüedades, Nieves Loperena conduce la "Furgolibro", una furgoneta con la que promociona la lectura a través de la venta y el intercambio de libros, una iniciativa única en Galicia y, si cabe, en España.

"Hay libreros ambulantes que van a ferias, pero Furgolibro, que yo sepa, solo la tengo yo. Hay en Sudamérica cuestiones similares, como los Burrolibros", explica Nieves Loperena, vecina de A Lama.

Este proyecto actual ha derivado de uno ubicado físicamente, El Mercado de la Tía Ni, una librería que mantiene abierta en Gaxate, A Lama, los fines de semana entre mayo y octubre. Además, los lunes y martes ofrece sus artículos en A Ramallosa, Nigrán.

La Furgolibro comenzó su andadura por la provincia hace aproximadamente tres años. Con ella se dirige a ferias, mercados y a las localidades en las que colabora con concellos y colegios.

"Siempre hice actividades culturales, combinando la venta en la tienda en sí con la promoción de la lectura y fomentando el intercambio de libros. También puse en marcha el Truequelibro para celebrar el Día del Libro con las donaciones de la gente durante una semana", asegura.

La Furgolibro ha hecho parada en la ciudad de Pontevedra por primera vez. Y como no podía ser de otro modo, ante la Biblioteca Pública Antonio Odriozola.

"Fue la propuesta de una persona de la biblioteca, que me dijo que podría estar bien. Estuvo bien porque salió algún niño. A ellos es a los que más les gusta subirse a la furgoneta", reconoce.

En este particular vehículo, que se identifica fácilmente por su original diseño, con estanterías pintadas en su exterior, también se venden otro tipo de artículos de segunda mano, como los discos de vinilo, tan en auge en los últimos años, e incluso cintas de cassette. "Dependiendo de a dónde vaya, y del público que me vaya a encontrar, llevo unas cosas u otras", dice Nieves Loperena.

Además, desde algún centro escolar ya la han llamado para realizar un expurgo de libros. "No es para vender, sino para que los escolares conozcan cómo funciona esto. Se suben a la furgoneta ojeando y leyendo libros turnándose las clases", aclara.

"Lo importante es fomentar la lectura, que no se pierdan los lectores", considera la impulsora de esta iniciativa. "En los pueblos, por ejemplo, hay mucho lector. A lo mejor es lectura intrascendente, pero es importante que tengan acceso a los libros, porque a lo mejor solo pueden leer a través de las bibliotecas públicas locales, y no siempre las hay. Y se han perdido muchos lectores porque no podían comprarlos", recalca.

Precisamente, para las personas que menos dinero pueden invertir en lectura, la impulsora de la Furgolibro ha puesto en marcha un sistema de alquiler de libros. "Tú compras el libro, lo pagas y cuando lo terminas lo devuelves y la mitad de lo que te costó te lo descuento en la siguiente compra, aunque haya pasado un año", explica.

En cualquier caso, los precios por ejemplar son tan asequibles, desde los 50 céntimos y con una media de 5 euros, que su función de promoción de la lectura, a través de esta original iniciativa, está asegurada.