La vida puede dar tantas vueltas como dinámicas tener una melodía. Y en uno de esos giros, uno puede acabar en Roma dando un concierto en el Panteón de Agripa o en el Teatro Don Bosco, cantando en gallego, con una pandereta y a ritmo de muiñeira. Esta es la aventura que la semana pasada vivieron los miembros del coro del IES Xunqueira I de Pontevedra.

Con el primer premio de 8.000 euros que ganaron en el Concurso Nacional de Coros Escolares del Ministerio de Educación el grupo decidió darse un homenaje musical participando en el Roma Music Festival. "El dinero mejor invertido jamás", describe la directora María Luisa Sánchez.

Un grupo de 54 cantantes, entre ellos 3 profesores, partieron a la "Ciudad Eterna" con un programa corto: un breve concierto en el Panteón de Agripa y un recital en el Teatro Don Bosco. Sin embargo, pronto y totalmente de imprevisto, ampliaron sus actuaciones. "Fuimos a visitar la basílica de Santa María la Mayor y claro, un coro en una iglesia... no nos pudimos resistir. Así que un profesor fue a pedirle permiso al sacristán y nos marcamos un par de canciones", relata la profesora de música. Un espontáneo recital que les valió de ensayo antes de cantar en el Panteón de Roma y que sonó así:

Ya en el templo de Agripa la ilusión calentaba sus gargantas. "No eran nervios, era la emoción del momento. Cantamos un montón de veces y en concursos, donde sí estás inquieto, pero aquí tan solo queríamos disfrutar de una oportunidad única", describe sobre los momentos previos. En el histórico inmueble entonaron dos temas: "Lord you establish peace for us" de Josu Elberdin y la canción tradicional africana por la paz "Ukuthula".

Esta memorable actuación dejó en el coro un sabor agridulce. La alegría de cantar en el magnífico templo y la incomodidad del alboroto y tránsito incesante de turistas. "Estaba abarrotado de gente. No se cerró para el festival y había una marea humana de visitantes que entraban y salían, guías hablando... y todo eso generaba ruido", detalla María Luisa.

Mucho mejor recuerdo tienen de su recital en el Teatro Don Bosco, donde interpretaron siete piezas de música profana. "Fue una actuación de mucha calidad con una acústica excelente", recuerda. En ella, el coro tiró de raíces y entonó dos canciones en gallego: "Durme pequeno mar" y "Terra maina", ambas también de Elberdin. "Cada coro mostraba algo propio de sus países, así que nosotros cerramos nuestra actuación con 'Terra maina' con pandereta y a ritmo de muiñeira", cuenta orgullosa la directora.

Tras la aventura musical en Roma, el coro ya piensa ahora en nuevos retos: a finales de mes debuta la sección de mayores y esperan la convocatoria por parte del Ministerio de Cultura del próximo concurso de coros. Ya empiezan a canturrear la melodía de una nueva victoria y otra memorable "gira".