Sigue la tendencia a la baja de Ence en el Ibex 35. En medio de una línea ascendente de la bolsa, el grupo al que pertenece la fábrica de pasta de papel de Lourizán se volvió a dejar ayer 2,31% de su valor en lo que es la cuarta caída consecutiva de su valoración desde que el pasado jueves trascendió que la Abogacía del Estado no defenderá en los tribunales la prórroga de la concesión a su fábrica de Pontevedra.

Ence volvió a ser el valor que más bajó, un 2,31%, muy lejos de otros valores que también cerraron en rojo como Ferrovial (-0,57%), CaixaBank (-0,09%) y Grifols (-0.08%). Con esta bajada, Ence, Energía y Celulosas suma ya un 15,05% de pérdida de valor en estos últimos cuatro días de cotización en bolsa.

Además, la jornada de ayer coincidió con la emisión por parte de la agencia de medición de riesgos Moody's de un informe sobre los posibles efectos que podría tener sobre la compañía que finalmente se declare la nulidad de la concesión de la planta de Ence en Pontevedra. Moody's explica que esto podría "derivar en un crédito negativo para la compañía, ya que aumentaría su apalancamiento y tendría un impacto en su cuenta de resultados", tal y como recoge EFE. Con todo, la agencia, que otorga a Ence una calificación de Ba2 (dos escalones por debajo del aprobado bajo), señala que la perspectiva es "estable" al recordar que la decisión final sobre la validez de la prórroga de la concesión podría demorarse hasta seis años. Un plazo que ya calculaba ayer la pastera que podía durar la batalla legal que se aproxima. Habla, por lo tanto, de un impacto "limitado" de esta situación en las calificaciones crediticias de la compañía.

Moody's también espera que Ence tenga tiempo suficiente para acumular los fondos necesarios para afrontar los costes derivados de un cierre de la planta de Lourizán y recordó que la generación de caja libre está actualmente respaldada por los altos precios de la celulosa, que espera que se mantengan elevados en el corto plazo.

La agencia de medición de riesgos se hace eco de la decisión de la dirección de congelar inversiones en Pontevedra más allá de las comprometidas para 2019 , que ascienden a 50 millones de euros, y que publicará en un mes una actualización de su plan estratégico para proporcionar más detalles. Una de las alternativas que barajan es desviar parte de la producción de Pontevedra hacia Asturias, de forma progresiva. Recuerda el cálculo de que el impacto del cierre de Pontevedra sería de 185 millones sobre su cuenta de resultados y también el convencimiento que tiene Ence de que, los nuevos criterios de la administración permitirían la estancia de la pastera en Lourizán hasta el año 2033.