El contrato firmado con Viaqua tienen una duración de 20 años, hasta 2038. Esta empresa ya era la encargada del servicio desde hace dos décadas pero esta nueva etapa implica cambios sustanciales en el servicio.

Uno de los que tendrá mayor repercusión para los abonados es la desaparición del consumo mínimo que se aplica actualmente y que obliga a pagar cada dos meses 15 metros cúbicos de agua por domicilio aunque no se gasten. Con el nuevo contrato se aplica el pago por consumo real, si bien aún no es efectivo ya que, cinco meses después, el Concello aún no elaboró una nueva ordenanza fiscal.

Otra de las cláusulas del contrato es la obligación de Viaqua de invertir unos 58 millones de euros en nuevas redes de agua y saneamiento antes de 2022. Los planes de saneamiento de Campañó y Verducido de la rúa da Porta Grande ya están en marcha.

El contrato por el que pugnaron diez empresas y aún colea en los tribunales era, pese a esas inversiones, jugoso, ya que la adjudicataria ingresará a lo largo de los próximos veinte años más de 125 millones de euros a razón de algo más de seis cada ejercicio y a cambio no solo tiene que encargarse de mantener la red de agua y saneamiento del municipio, sino también abonar un canon de 7,8 millones y efectuar las inversiones establecidas por contrato.

En concreto, son 25.620.000 euros para completar el saneamiento del rural, otros 30.233.000 para dotar de red de aguas a la margen izquierda del río, y 2,4 millones más para otras obras, entre ellas el nuevo servicio de abastecimiento para el futuro hospital Montecelo.