La concejala Carmen da Silva (BNG) se mostraba ayer "moderadamente optimista" sobre el futuro de Ence en la ría. Aunque admite que "este asunto aún puede dar muchas vueltas", sí deja claro que "se demuestra que un partido que se daba por terminado, sigue en juego" y con el allanamiento del Estado "se abre una puerta a la esperanza para que la fábrica deje la ría".

Esa misma opinión es la que ofrecía ayer el portavoz municipal socialista Agustín Fernández, aunque va más allá y sostiene que "esta es la oportunidad para revitalizar la idea (que el PSOE planteó hace unos meses) de crear una mesa por el traslado". A su juicio "ahora no hay disculpa para que la Xunta y el Concello convoquen una negociación" sobre un cambio de ubicación que la empresa ve "imposible".

En cambio, los socialistas sostienen que sí sería factible "porque nosotros no queremos el cierre, sino que abandone la ría sin perder las consecuencias positivas de esta actividad en Galicia". Con una posible indemnización a la empresa si se ve obligada a cerrar, Fernández insiste en que "Ence está ahora debilitada, con las acciones a la baja y es el momento adecuado para negociar".

El PP local, por su parte, no quiere oír hablar ni de cierre ni de traslado. Su portavoz Rafael Domínguez dice que el Gobierno central pone en peligro inversiones y ayudas, pero aún confía en una solución favorable a la empresa. Cree que la Xunta "puede hacer algo" y desde su formación también se trabajará en esa vía. "Estamos estudiando el proceso judicial y mañana mismo -por el pleno municipal de hoy- pediremos explicaciones al alcalde".