El Concello cerró el año 2018 con un presupuesto final de 101.076.016 euros, unos 26 más de la cifra inicial con la que se aprobó en diciembre de 2917. El concejal de Facenda, Raimundo González, presentó ayer la liquidación final del documento y destacó que la deuda con la que se cerró el año fue de 12,1 millones, la más baja desde 1991.

Además, las arcas municipales disponen de 31 millones de fondos líquidos, junto a un superávit de 3,3 millones, un remanente de Tesorería es de 19 millones. El superávit de 6.246.910 euros es muy superior al de 2017 que fue de 3,3 millones, pero por el momento no es posible determinar su destino, que se fijan en los Presupuestos Generales del Estado, que este año no existen.

En cuanto a la ejecución del capítulo de inversiones, fue de apenas un 38%, aunque el edil aclaró que "hubo muchas actuaciones adjudicadas a final de año de las que apenas hay pagos", de ahí este bajo índice.

Por su parte, los deberes de pago fueron de más 72 millones euros y faltó para agotar el techo de gasto el 3,57%, con lo que se evita la redacción de un plan económico financiero.

El concejal destacó que el comportamiento de los pontevedreses fue mejor que en años anteriores. De hecho, los deberes fiscales se incrementaron desde el 86,26% al 88,37%. "Es decir, hubo un buen comportamiento de los ingresos", concluyó.