Cada día se rompen seis matrimonios en la provincia de Pontevedra, uno de ellos en los partidos judiciales del área de influencia de la capital (Pontevedra, Caldas y Marín). El año pasado, la cifra de rupturas matrimoniales ascendió en la provincia de Pontevedra un 15,7% pasando de 1.933 a 2.238, según los datos que aporta el Poder Judicial. En los tres partidos judiciales de la comarca, la cifra de rupturas se situó en los 463.

Los datos del CGPJ indican que una vez que los matrimonios deciden poner fin a su vida en común, la mayoría lo hace de forma consensuada entre los cónyuges sobre las condiciones que establece el juez acerca de cómo van a continuar sus vidas a partir de este momento, cuestión complicada si, además, hay hijos menores de por medio. Así, las 284 rupturas consensuadas suponen un 61% del total de disoluciones, frente a las restantes en las que tuvo que ser el juzgado el que acabase por establecer las condiciones del divorcio.

Sin embargo, esta mayor sintonía entre los cónyuges a la hora de cerrar el divorcio parece que no se mantiene cuando, una vez producido el mismo, alguno de los dos solicita el cambio de las medidas establecidas inicialmente debido a algún cambio importante en su situación vital. Así, por ejemplo, una pérdida de trabajo o una enfermedad pueden llevar a uno de los excónyuges a solicitar cambios en las condiciones económicas o de cualquier otra índole establecidas tras la demanda de divorcio inicial. Es ahí cuando el nivel de conflictividad es mayor. El 70% de los cambios de medidas se producen por orden del juzgado y sin que exista acuerdo entre las partes.

Problemas con las custodias

Algo parecido sucede con las guardias de los hijos. La estadística recoge aquellos casos de menores de parejas no casadas en donde es el juzgado el que debe tomar una decisión sobre las custodias de los hijos menores en casi un 60% de los asuntos que tramitan.

En este sentido, los expertos en materia de mediación corroboran que son los aspectos referidos a la custodia de los menores y las aportaciones económicas y pensiones que deben aportar los cónyuges los principales motivos de desavenencias entre los futuros exesposos a la hora de alcanzar una solución pactada.

En cuanto a la fórmula elegida para poner fin a la unión matrimonial, el divorcio es la elegida por la abrumadora mayoría de las parejas. De las 463 rupturas que pasaron por los juzgados, apenas 20 eligieron la fórmula de la separación, mientras que el resto optaron por el divorcio como fórmula para poner fin a la relación de manera definitiva. No se produjo ninguna ruptura por petición de nulidad matrimonial.

Destaca, en todo caso, el descenso en el número de rupturas que se tramitaron en el primer trimestre del año, aproximadamente la mitad en el siguiente, algo que se puede explicar en la huelga de los funcionarios de Justicia de los primeros meses de 2018.

Otro dato curioso permitiría saber si los pontevedreses se divorcian más que otros gallegos. La respuesta es que un poco más sí. Así, si la tasa por cada diez mil habitantes en el conjunto de la comunidad autónoma es de 22,1 divorcios; según el TSXG, este mismo cálculo para la provincia de Pontevedra elevaría esta tasa hasta los 23,3.

En cualquier caso, ambos índices estarían por debajo de la media estatal, con 23,9 divorcios por cada diez mil habitantes, según los datos que aporta el Consejo General del Poder Judicial. En el conjunto de Galicia, las demandas de ruptura matrimonial cayeron un 2,5% en 2017, al contrario que en Pontevedra.