"Las mujeres y madres trabajadoras ya tenemos sentimientos de culpa, pero la sociedad te los hace sentir todavía más". Así de rotunda comenzó su intervención la periodista Irene Bascoy en el encuentro "As mulleres que opinan son perigosas", que durante dos días ha reunido en Pontevedra a profesionales de toda España en una firme apuesta por visibilizar la lucha por la igualdad en el ámbito de la comunicación.

Bascoy, jefa de la sección de Galicia en FARO, confesó que ella, como muchas otras mujeres, también experimentó dudas cuando en su trayectoria periodística se le presentó la oportunidad, y oferta, de ascender laboralmente. "Aunque este encuentro se titula así, yo nunca me consideré peligrosa. Es más, yo nunca quise ser jefa ni quise opinar. Nunca me lo había planteado", afirmó.

En este sentido hizo referencia al conocido como "síndrome de la impostora", que las mujeres sufren cuando pueden acceder a puestos tradicionalmente ejercidos por hombres.

"Las mujeres somos mucho más ambiciosas que los hombres, porque queremos ser trabajadoras, hijas, madres...", reconoció al respecto.

En su opinión, la clave de la igualdad en todos los ámbitos está en "cambiar las relaciones económicas y laborales del mundo en el que vivimos". "Si lo logramos, estaremos todos mucho mejor", apostilló.

"No solo tenemos que llegar arriba, porque cuando llegamos no nos gusta lo que vemos, sino que tenemos que cambiar las relaciones de poder, las laborales", resumió, para añadir que hay que acabar "con el estereotipo de que las mujeres estamos limitadas a unas cuantas esferas".

Irene Bascoy ilustró la desigualdad entre sexos con ejemplos sobre el tratamiento informativo de hombres y mujeres en el ámbito político, tanto a nivel autonómico como nacional.

"Hay que ser especialmente combativas con estos insultos. Hay un doble rasero para las mujeres. Para ellas, lo personal es público", se lamentó.

Mujeres negras

La intervención de Bascoy fue la inaugural de la jornada de ayer, pero a ella siguieron otras igual de interesantes.

Una de las más amenas fue la de Lucía Mbomio, periodista de El País y colaboradora de "Afroféminas", comunidad en línea para mujeres negras y descendientes de este continente.

"Se crean paredes mentales que después es difícil derribar", afirmó respecto al análisis de la opinión y el periodismo "para entender las complejidad, circunstancias y vida de las mujeres negras".

La excepcionalización, la hipersexualización o el colorismo, aseguró, son algunas de las imágenes erróneas que se dan de las personas negras en la sociedad y, especialmente, en los medios de comunicación.

Así aludió a las "Cacao maravillao", las "diosas de ébano" o los supuestos atributos masculinos de los hombres negros.

"La diversidad en España es real, no es modernidad. Que nos pregunten solo por racismo es racista porque están dejando fuera nuestras profesiones", concluyó.

Los "puteros"

Por su parte, Teresa Lozano y Zua Méndez, autoras del libro #HolaGuerrera y creadoras del vídeo viral #HolaPutero, se presentaron como feministas radicales, "no extremistas", por querer ir a la raíz del problema.

Las promotoras de "Towanda Rebels", canal feminista que denuncia el machismo estructural de la sociedad, aseguraron que el 8M del año pasado fue revolucionario por su carácter internacional y por romper el silencio. Denunciaron el robo de referentes de las mujeres que allanaron el camino a las generaciones presentes.

"Towanda Rebels" denuncia la violencia machista y la mercantilización de los cuerpos femeninos, a la vez que lucha contra la invisibilidad de las mujeres. "Hay que señalar a los victimarios, no a las víctimas", dijeron, instando a poner el foco sobre los maltratadores, los violadores, los asesinos y los "puteros", uno de cada cuatro españoles, estos últimos.

Tras dos días de conferencias, charlas y coloquios, la segunda edición de "As mulleres que opinan son perigosas" , una iniciativa de Susana Pedreira y Diana López Varela, puso el punto y final ayer por la tarde en Pontevedra con la intervención de la escritora y periodista de El País Marta Sanz.

Enumeró como hechos objetivos que evidencian la desigualdad la brecha salarial o la feminización de la pobreza. Frente a ello, apostó por dejar de lado cualquier incertidumbre y "tomar medidas y actuar".