Hace un siglo el Campo da Torre era totalmente accesible para los vecinos, libre de aceras escalonadas y distribuido para facilitar la actividad principal de sus moradores.
Cien años después el Campo da Torre se ha convertido el único reducto urbano en el que el coche es el principal protagonista, retando a un modelo de ciudad que apuesta por la prevalencia del peatón.
La situación no es causal. Los residentes en este entorno mantienen una dividida opinión sobre el tratamiento que debería darse a un espacio que permanece sin inversión desde que Rivas Fontán, alcalde en aquel momento, construyó el pequeño parque infantil en el centro de la plaza. Desde entonces han pasado 40 años y el entorno no ha registrado cambio alguno.
Mientras un nutrido grupo de vecinos apuesta por la reordenación del tráfico en todo el entorno limitando la circulación de los vehículos al perímetro de la plaza de toros, buena parte de los residentes defienden la permanencia de unas plazas de aparcamiento que carecen de delimitación.
La división no es nueva. Se remonta al año 2012, fecha en la que un proyecto municipal pretendía cerrar la salida de los coches a través de la calle Canaval. La oposición vecinal derivó en el archivo del proyecto y el barrio no recibió ninguna propuesta alternativa.
Sabino Martínez, presidente de la asociación de vecinos San Roque, recuerda el conflicto con cierta amargura.
Reconoce que el colectivo vecinal defiende la prevalencia de los coches en este espacio. Argumenta que es necesario mantener plazas de aparcamiento en una ciudad que las ha ido eliminando y relegando a los coches al extrarradio.
Lo argumenta asegurando que muchas de las viviendas históricas de este barrio, así como los edificios más antiguos, carecen de plazas de garaje. Pero mantiene también que quienes son de fuera de la ciudad y acceden a ella cada día para trabajar "tamén teñen dereito a ter un lugar no que estacionar os seus coches". Con este argumento, que esgrime a título personal, descarta la opción de una futura reforma de este entorno reserve plazas de aparcamiento exclusivamente para los residentes.
Frente a la opinión de buena parte de los residentes, Sabino Martínez sostiene que la presencia de los coches en el Campo da Torre es el menor de los problemas de este entorno.
Para Sabino Martínez resulta prioritario dotar de acera el perímetro de la Plaza de Toros, por ejemplo. "E eliminar o pipican que hai nunha esquina, que non ten sentido" y resulta poco higiénico para todo el entorno.
Su desaparición estaba contemplada en el proyecto de 2012. Pero al no haber acuerdo no se realizó ninguna de las actuaciones previstas.
Sabino Martínez apunta también el estado del parque infantil, un entorno para el que reclama una actuación global.
Algunos residentes aseguran que en ocasiones la hierba es más alta que las vallas que lo delimitan, que la fuente resulta peligrosa para los más pequeños y que en la zona verde conviven niños con mascotas, que en verano liberan sus pulgas en este espacio convirtiéndo su uso en un riesgo para los escolares.
Los vecinos aseguran que en invierno el parque apenas tiene uso y que en verano no resulta cómodo ya que carece de bancos en los que los padres puedan descansar mientras sus hijos juegan.
Asociación y vecinos no asociados coinciden en que la falta de inversión ha sido una constante en los últimos 40 años. Y eso se percibe no solo en la situación de la plaza sino también en detalles como la falta de una papelera. "Hace 10 años que estamos pidiendo una. Una vecina de aquí presenta escritos de forma periódica en el Concello reclamando tanto la papelera como otro tipo de mejoras menores en este entorno. Pero el Concello parece haberse olvidado de que existimos. Por aquí no viene nadie".
