El desnivel de la propia plaza hizo que en su momento fuese diseñada en escalones, que se aprecian de forma especial en las aceras, imposibilitando la accesibilidad. Corregir el desnivel es una de las reivindicaciones coincidentes y más recurrentes de los vecinos de este entorno, para quienes resulta imposible caminar con una silla infantil e incluso, para los que padecen una movilidad reducida, salir a pasear.