Las condiciones "de abandono" de las instalaciones en el centro de menores Avelino Montero de Pontevedra llegaron ayer al Parlamento gallego a través de una proposición no de ley del grupo socialista, que reclamó a la Xunta de Galicia que ejecute las obras necesarias para garantizar la atención física y psíquica de sus usuarios.

La diputada Patricia Vilán denunció que el centro hay graves problemas de humedad, con la caldera, falta de mobiliario, fuertes olores a cañerías y fecales y que son necesarias reformas en las habitaciones. Asimismo, acusó la falta de una persona con conocimientos en enfermería y que no se activó el protocolo de sarna en un momento dado. "No les interesan los menores porque no tienen voto y proceden de familias desestructuradas, que no tienen importancia para el gobierno", se lamentó.

Sus críticas fueron apoyadas tanto por el BNG como por En Marea. La diputada nacionalista Noa Presas Bergantiños acusó a la Xunta de propiciar la privatización de la gestión del centro e hizo alusión a la insuficiencia de personal. "Hay denuncias de agresiones por la falta de personal y porque no es el adecuado. Están en peligro los menores y los profesionales", subrayó.

Por su parte, Paula Vázquez Verao, de En Marea, recalcó que es necesaria tanto la reeducación como la reinserción de los menores y que es una cuestión "en exclusiva" de las competencias de la Xunta. "La dinámica de fondo es que no hay una apuesta por la educación social", indicó.

Desde el grupo popular, Marta Rodríguez Arias defendió la inversión en centros de tutela de menores de la Xunta de Galicia.

"Ya se llevaron a cabo, entre otras actuaciones, la renovación de 41 ventanas, la instalación de una nueva caldera, el equipamiento de lavandería, el gimnasio y la renovación del mobiliario de las zonas comunes. Actualmente, existe un plan de actuación para la reforma del centro, con el objetivo de frenar los deterioros que presenta por el paso del tiempo y que consisten en el arreglo de los problemas de humedad, la reforma de baños, la instalación de fontanería y el arreglo de las habitaciones", aseguró.

Estas explicaciones no convencieron a Patricia Vilán, que diferenció entre los efectos del paso del tiempo y "el abandono y la dejadez".