Los guías profesionales celebran hoy su Día Mundial. Lo hacen con una iniciativa común a toda Galicia a través de la cual ofrecen a los ciudadanos participar en una visita gratuita que partirá del Concello a las 11.00 horas.

Con este recorrido por calles y plazas, los guías profesionales quieren reivindicar su importancia en el sector turístico, como primeros anfitriones de un visitante que llega a la ciudad.

Quieren además reivindicar su profesionalidad frente a un intrusisimo que, especialmente en este sector, no solo les daña a ellos sino a la imagen de marca del destino.

La fuerte competencia y el elevado nivel de exigencia de los visitantes son dos constantes que obligan al guía turístico, en su mayoría autónomos, a innovar de forma permanente para ofrecer al visitante productos tentadores.

Jesús Díaz es un ejemplo de ello. Ofrece exclusividad y a grupos muy reducidos, de cuatro personas como máximo.

La ruta de la camelia o la de los castillos de las Rías Baixas son dos de las alternativas que comercializa para mostrar uno de los aspectos más destacados de la comarca. Sin embargo, parte de la singularidad de la visita es el medio de transporte que el guía utiliza en sus visita. Y es que opta por un Citroën 11, del año 1955 para trasladarse durante la visita. "Quise incorporar a esta iniciativa el patrimonio industrial,quiero ponerlo en valor después de comprobar que estas piezas de museo se destruyeron durante años".

El coche es una pieza clave en el concepto que Jesús Díaz imprime a sus visitas, cargadas de distinción.

Este guía profesional se especializa en el "turismo slow", ese que huye de las masificaciones y que busca experiencias exclusivas. En colaboración con otras empresas del entorno, Díaz utiliza el coche para poner sus conocimientos a disposición de quienes quieran descubrir la riqueza enográfica de las Rías Baixas. Desde visitas a una bodega concreta hasta catas programadas y muy reducidas en un entorno cuidadosamente elegido. "Ofrecemos experiencias únicas", insiste.

Gastronomía

La gastronomía es otra de las cuestiones que los visitantes, individuales o parejas, más demandan. "Se crean sinergias importates que nos permiten trabajar con restaurantes que cuidan su cocina. Es cierto que en alguna ocasión me pidieron conocer un furancho, pero la mayoría de los visitantes tienen claro que quieren disfrutar de las buenas carnes y pescados de este entorno".