No hay Entroido sin petote ni petote sin Entroido. Es una realidad y los vecinos lo saben bien. Los de Cerdedo-Cotobade celebraron este domingo la décima edición de la fiesta de este plato típico de invierno. El clima, con el cielo algo nublado y temperaturas más frescas que en días previos, propició que la cita gastronómica fuese todo un éxito.

Más de 800 plazas se dispusieron en los diez restaurantes que participaron en la X edición y todas ellas se ocuparon. "No nos queda ni una silla libre", aseguraba a mediodía una de las camareras de A Raxadal a dos comensales que no encontraban sitio en Carballedo. Y es que este año la organización de la Festa do Petote, encabezada por el alcalde, Jorge Cubela, decidió darle un giro para que los beneficios repercutan directamente en los propios vecinos y sus establecimientos. Así, en lugar de realizarse en una carpa, como ocurría hasta ahora, se propuso a los restaurantes interesados que abriesen las reservas en sus comedores. Finalmente, fueron diez: A de Tucho, A Raxadal, Casa Blanco, Casa Inés, Veiga Mariña, O Espigueiro, O Meu Lar, Moncha, Restaurante Davi y A Vosa Taberna.

La fiesta comenzó a mediodía en el centro neurálgico del concello, Carballedo. En la Praza da Chan hubo una degustación, para ir abriendo boca, del plato homenajeado, así como de un postre típico del Entroido: la vincha. Allí cerca de medio millar de personas se concentraron y bailaron al son de las charangas Cor Café y Moreira A Tope y el concierto de A Tajea. Entre ellos se encontraba Jorge Cubela. "Ha sido todo un éxito este cambio de formato con la fiesta popular en la plaza. Llega un momento en que las fiestas tienen que sufrir un revulsivo o terminan por morir", aseguró.