El de la "Magdalena", el de "la Joaquina", el de "la Coneja", el de "Los familiares", ahora el del "Sevilla"..., las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que mantienen constantemente la vigilancia sobre el poblado de O Vao saben que son varios los clanes familiares que se dedican, presuntamente, al tráfico de estupefacientes en el asentamiento marginal. Saben, además, que se trata de grupos muy extensos, unidos por fuertes vínculos familiares, lo que provoca que sea extremadamente difícil llegar hasta ellos y mucho menos evitar que sigan realizando esta actividad ilícita a pesar de la múltiples redadas que se llevan a cabo.

La última operación demuestra que el control sobre el negocio de la droga en O Vao se mueve en función de la caída en desgracia o el auge de alguna de estas familias. Así, aunque el dispositivo de la Policía Nacional iba dirigido contra un grupo que operaba más bien como suministrador de sustancia estupefacientes (principalmente heroína) a distintos poblados marginales de Galicia, constata igualmente que el movimiento de droga se había trasladado desde O Vao de Abaixo hacia la zona más elevada del poblado en la que residían los detenidos en este operativo. Un núcleo, O Vao de Arriba, que es más difícil de controlar por parte de los agentes, precisamente por su situación más elevada.

Partido en dos mitades diferenciadas, las chabolas de O Vao de Abaixo casi siempre han sido el objetivo de la mayor parte de las redadas que despliegan tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional y la principal zona de venta de venta droga, frente a sus vecinos de la zona alta. A principios de octubre pasado, era el destino de las decenas de toxicómanos que acudían a diario a comprar su dosis cruzando la carretera de Vilagarcía. En O Vao de Abaixo cuatro clanes familiares controlaban la venta de estupefaciente en el asentamiento. Lo que no sabían es que llevaban siendo vigilados más de un año por los agentes de la Guardia Civil, que a principios de ese mismo mes de octubre irrumpieron en el asentamiento y detuvieron a los principales cabecillas de estos cuatro clanes, quienes además se habían organizado por vez primera para repartirse el negocio y se turnaban en las ventas semanales. Así quedó reflejado en una agenda incautada en el transcurso del operativo.

La cosa no quedó ahí, y semanas después los agentes del Instituto Armado dieron la puntilla al Vao de Abaixo con una nueva incursión en la que se detuvo a quienes habían retomado el negocio.

Estos dos golpes consecutivos provocaron que, a día de hoy, al menos 14 personas vinculadas a los grupos familiares de O Vao de Abaixo se encuentren en prisión provisional por tráfico de drogas. Se trata, en algunos casos, de personas que tenían suspendidas condenas anteriores por tráfico de estupefaciente y que, al volver a delinquir, tendrán ahora que afrontarlas.

Fuentes conocedoras del funcionamiento de estos grupos explican que esta operación dejó a a los clanes de O Vao de Abaixo sin personal ni infraestructura para retomar la actividad. Y como ocurre siempre en O Vao, la ley de la oferta y la demanda hizo el resto. Cuando alguno de estos clanes caen en desgracia, ganan poder otros en el poblado y el negocio se trasladó unos cientos de metros más arriba.

Cambio de ruta

Las vigilancias y seguimientos de los últimos meses revelaron que, ante la falta de género en la zona baja, los toxícomanos comenzaron a frecuentar vendedores en O Vao de Arriba. La ruta por la carretera de Vilagarcía cambió y ahora el ascenso se realizaba directamente por A Caeira, en dirección al grupo de viviendas construidas en la zona alta del poblado en donde en los últimos meses se había disparado la actividad de venta: "Había días que la carretera de acceso a la parte de arriba estaba más concurrida que Michelena", indica alguien que conoce bien como respira el poblado.

"Operación Gepetto"

Y en esto llegó, esta misma semana, la "Operación Gepetto" de la Policía Nacional. Un golpe a los cabecillas y suministradores de droga de este y otros poblados gallegos, encarnados en la figura de "El Sevilla", a quien los miembros de las fuerzas de seguridad sitúan como uno de los principales traficantes del poblado. En el registro de su vivienda en O Vao de Arriba se encontró una cantidad inusitada de heroína respecto a otras operaciones en el asentamiento. Es por ello que, quienes tienen el ojo puesto sobre el poblado a diario, aplauden el dispositivo que consideran como un "paso importante" para atacar al tráfico de drogas en la zona alta del poblado con la misma fuerza con la que en octubre la Guardia Civil golpeó en la zona baja. "El Sevilla",su hijo y un colaborador acabaron en prisión.

El principal problema es el de siempre: estamos ante grupos muy extensos familiarmente, y ahora hay que recaudar dinero "para pagar abogados y fianzas", por lo que siempre hay posibles candidatos para retomar el negocio, a lo que hay que sumar posibles salidas de prisión.