Las diligencias policiales elaboradas por Macenlle contra estos dos agentes no han supuesto, al menos hasta ahora, ninguna medida cautelar, según reconocen fuentes municipales. Entre las pruebas incorporadas figuran unas grabaciones de las cámaras de control de tráfico donde aparece un "agente que regula un cruce" próximo al semáforo supuestamente manipulado. Ninguna de las fuentes consultadas confirma que aparezca alguien alterando la señalización para tratar de causar problemas circulatorios en una jornada tan sensible como la última del año.

No obstante esta es, al parecer, la acusación que se vierte en las diligencias que ahora investigarán el juzgado y la Fiscalía.

Lo que sí está claro es que este conflicto laboral, que acumula meses de discrepancias entre un amplio sector de agentes y el gobierno local, se ha agravado con este episodio y el malestar en el seno de la plantilla es más que notable tanto por la propia denuncia como por su actual filtración a la opinión pública.

Entre los agentes se apunta a que "hay que respetar la presunción de inocencia" de los denunciados e incluso hay fuentes internas que restan gravedad a los presuntos hechos y comparan el caso, de haberse producido, con una infracción administrativa por, por ejemplo, mover una valla que corta una calle, un caso que ya supuso una sanción de 3.000 euros en su día a una conductora.

Otra de las causas del malestar interno es que se trata de unas diligencias "secretas" y que los dos agentes imputados fueran "tratados como detenidos, con la lectura de sus derechos incluida".