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El casco urbano ya suma más del 76% de la población total del municipio

El rural pontevedrés pierde 150 vecinos al año y no llega por vez primera a los 20.000 habitantes

El censo oficial constata que en las parroquias residen 1.400 personas menos que en 2009 mientras que la ciudad creció en más de 2.500 -Mourente, Pontesampaio, Salcedo y Marcón, las que mejor resisten la caída demográfica

Una vista de Santa María de Xeve, con un núcleo de casas al fondo. // R. Vázquez

Las poblaciones más rurales de la comarca no dejan de perder vecinos desde hace años y ya son más de veinte las parroquias de varios municipios, en especial Cerdedo-Cotobade, Campo Lameiro o Ponte Caldelas, cuyo censo está por debajo de los doscientos habitantes. Aunque es en el interior de la provincia donde este fenómeno es más acusado, esta caída demográfica también se deba sentir en el municipio capitalino.

Según los últimos datos oficiales del censo, que acaba de publicar el Instituto Galego de Estatística (IGE) en un reparto por parroquias y núcleos rurales, en las quince parroquias de Pontevedra residen a día de hoy 19.909 personas. Esta cifra supone una pérdida media de unos 150 vecinos cada año en la última década y por vez primera este territorio se sitúa por debajo de la barrera de los 20.000 habitantes.

Aunque el problema es general en todo el rural, hay algunas parroquias que resisten mejor esta pérdida de población. Es el caso de Mourente, Pontesampaio, Marcón, Salcedo y Tomeza, que desde 2009 hasta ahora han visto como su censo caía entre un 6 y un 3,5%, unos porcentajes mucho más suaves que el grave declive que se observa en puntos como Alba, Bora, A Canicouva o Cerponzóns, donde el descenso llega al 10% o incluso supera esos parámetros.

Aumento urbano

Frente a este panorama en el rural, el casco urbano no deja de crecer y a un ritmo bastante notable. En la última década se han asentado en la ciudad unos 2.700 nuevos empadronados, a razón de 270 cada año. Esto hace que Pontevedra, en su conjunto, pueda presentar aumentos de población desde hace varios años y a día de hoy Estadística certifica un censo oficial de 82.802 habitantes.

De este modo, en el casco urbano el IGE certifica una población de casi 63.000 habitantes, el 76% de todos los vecinos del municipio. Hace diez años eran poco más de 60.200 y si la comparación se realiza con 1999, hace veinte años, el aumento supera los 11.000 nuevos empadronados ya que entonces había 51.500 residentes en la ciudad y cerca de 22.000 en las parroquias, con un reparto del 70% para el primer territorio y del 30% restante para las parroquias.

Esa relación se ha ido agrandando con el paso del tiempo y solo las zonas más próximas a la ciudad resisten mejor el fenómeno. Así, en Mourente hay un 3,5% menos vecinos que hace una década y en Marcón el descenso es del 5%. Pontesampaio, aunque es la parroquia más alejada de la ciudad, también muestra unos resultados menos negativos, con un 4% de caída.

Llama la atención el caso de Lérez, estrechamente implicada en el casco urbano en algunos puntos, donde la caída de población en estos diez años ha sido de más del 7%, mientras que Campañó, San Andrés de Xeve y Lourizán se sitúan entre el 6% y el 7% de pérdida demográfica.

En todo caso, se trata de cifras muchos más asumibles que las registradas en otras parroquias, en especial las ubicadas al Norte. Verducido ha perdido en diez años el 8,5% de sus vecinos, porcentaje que se eleva al 9,6 en Santa María de Xeve y llega al 10% en Cerponzóns.

Por encima aparecen tres parroquias: A Canicouva con un 10,4% de descenso, Bora, con el 11,5, y Alba, donde la pérdida demográfica llega al 12%.

Diferencia con el Concello

Mientras el censo oficial, que es el utilizado para las transferencias del Estado y otros parámetros, sitúa la población del municipio en 82.802 personas, el padrón municipal, que se actualiza prácticamente a diario, eleva esa cifra, a 31 de diciembre pasado, a 84.074 personas. No obstante, pese a la diferencia, la evolución entre el casco urbano y las parroquias es similar en cualquiera de los dos parámetros.

Hace una década, más de un tercio de los vecinos que residía en el municipio de Pontevedra lo hacía en alguna de las quince parroquias del rural capitalino. Ahora apenas llega al 24% los pontevedreses que aún viven en el rural, si bien muchos de ellos lo hacen en parroquias limítrofes al casco urbano, como Mourente o Lérez, o en territorios donde existe suelo urbano, como Lourizán y Pontesampaio.

Según los datos del padrón municipal, son 64.046 las personas que tienen su domicilio dentro de la ciudad, lo que supone el 76% del total, cuando en 2009 eran alrededor de 60.800.

Estas cifras ponen de manifiesto que las parroquias del municipio cada vez tienen menos habitantes y en la última década han perdido unos 1.100 vecinos, un 5% de caída. En cambio, el casco urbano creció en el mismo periodo en más de tres mil personas, lo que permite deducir que no solo acuden al centro vecinos del rural, sino que es el enclave elegido por aquellos empadronados procedentes de otros municipios.

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