Un gran susto se llevaron ayer dos submarinistas y un percebeiro en la playa de Foxos, en A Lanzada, que tuvieron que ser rescatados en el mar en una mañana en la que se había decretado la alerta amarilla. La indisposición de uno de los buzos, al que el percebeiro intentó salvar, desencadenó el suceso, tras el que, afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales. La intervención voluntaria y crucial de dos marineros de Combarro permitió el final feliz.

Todo comenzó cuando los dos submarinistas entraron al mar. Pese a que la alerta desaconsejaba las actividades deportivas, los buzos, un monitor y su alumno de una escuela de submarinismo, comenzaron la clase. No llevaba ni un metro descendido cuando el joven, de 22 años y vecino de Poio, comenzó a encontrarse mal. Intentó salir del agua, ayudado por el profesor, pero no fueron capaces debido a que el mar se encontraba picado.

Por suerte, en la zona de la capilla de A Lanzada, se encontraban más personas que fueron testigos de los apuros que ambos hombres estaban pasando.

La primera en dar la alerta al 112, a las 11.30 horas, fue una mujer que recolectaba conchas para hacer abalorios. Ella fue quien advirtió de la situación al percebeiro, Hugo Uhía Sueiro, de Portonovo, que ya se retiraba después de una mañana de trabajo junto a otros compañeros. Este no dudó en lanzarse al mar para intentar ayudar a los submarinistas, aunque siempre sin imaginar que este acto heroico pondría también su vida en peligro.

Todo sucedió muy rápido, pero también fueron momentos angustiosos que se hicieron eternos para los tres hombres en el agua. Los golpes del oleaje los empujaban contra las rocas y evitaban que pudieran subir a tierra sin riesgo de sufrir alguna contusión fatal.

Cuando ya casi llevaban una hora en el agua, los dos submarinistas, ayudados por el percebeiro, consiguieron alcanzar la costa, pero este último fue empujado mar adentro.

Desde allí, tal y como contó él mismo a FARO, decidió dejarse llevar para no poner su vida en peligro. En su caso eran cerca de 40 minutos luchando contra el mar, por lo que el cansancio comenzaba a hacer mella en él.

La llamada que la mujer había hecho al 112 había movilizado a Salvamento Marítimo, Emerxencias de Sanxenxo, el 061, la Policía Local de Sanxenxo, la Guardia Civil y un guardia rural. Salvamento Marítimo lanzó una alerta a los barcos que se encontrasen en la zona por si podían acercarse mientras llegaba el helicóptero. El "Rocío del Mar", con base en Combarro, que se encontraba trabajando en ese momento en las proximidades lanzando nasas, no dudó en tomar la iniciativa.

Roberto Carlos Fernández Lores, su patrón, estaba acompañado de un marinero. Pese a que el acceso al percebeiro era complicado por la abundancia de rocas, arriesgaron y lograron echarle un cabo y un salvavidas que le permitió subir a bordo. "Se se chega a dar un golpe, podía ser mortal", asegura el patrón.

La heroica actuación de Hugo Uhía Sueiro fue elogiada por el marinero, que le regaló el salvavidas una vez en tierra y cuando los ánimos ya se habían calmado.

El buzo fue trasladado al Hospital Montecelo, mientras que el percebeiro no necesitó atención médica y prefirió celebrar con sus compañeros de trabajo y su familia, especialmente su mujer, embarazada, el final feliz de una jornada muy azarosa.