Dos mujeres han sido condenadas por el juzgado de lo Penal número 3 de Pontevedra (enuna sentencia ratificada por la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial) por los robos que cometieron en apenas dos horas en tres supermercados de la ciudad de Pontevedra y también en las instalaciones de la asociación Amencer, de apoyo a las personas con parálisis cerebral.

Sucedió el 1 de febrero de 2017 cuando estas dos mujeres emprendieron una serie de hurtos que comenzaron en torno a las 15 horas en el supermercado Gadis ubicado en la calle Augusto García Sánchez de Pontevedra, en donde se apoderaron de productos alimenticios por valor de 8,31 euros.

A esa misma hora las dos entraron en otro supermercado cercano al anteiror, el Froiz de Rosalía de Castro, y se llevaron productos por valor de 41 euros. Luego, siguieron su recorrido y en el Día de esa misma calle se apoderaron de productos por valor de 28 euros. Más tarde, sobre las 16 horas, entraron en las dependencias de Amencer y se apoderaron de 575 euros.

Los establecimientos comerciales recuperaron los efectos sustraidos y Amencer logró recuperar 525 de los 575 euros robados, después de que estas dos mujeres fueran capturas por la Policía en este centro de la calle Iglesias Vilarelle.

La sentencia condena a estas dos mujeres por un delito continuado de hurto, una de ellas a una pena de 12 meses de prisión, dado que es reincidente. Cuenta en su historial con una sentencia de abril de 2010 de un juzgado de lo Penal de Vigo por un delito de robo con violencia a la pena de 15 meses de prisión. La segunda acusada, que no contaba con antecedentes fue condenada a una pena de seis meses de prisión. El fallo también las obliga a indemnizar al centro Amencer con los 50 euros que no pudieron recuperar tras ser detenidas por los agentes de la Policía Nacional.

Las acusadas recurrieron el fallo ante la Audiencia, pero se desestimó su recurso.

Descubiertas

Entre otras cuestiones, el juzgado dio credibilidad a la versión ofrecida por una trabajadora del centro de Amencer que detectó la presencia de ambas en las instalaciones, las siguió y las requirió para que la acompañasen, observando como intentaron deshacerse del dinero que habían sustraido. También tiene en cuenta la declaración de los propios policías ante quienes las acusadas reconocieron haber sustraido diversos efectos en los supermercados antes referidos.