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El plan de transporte en Pontevedra

La Xunta quiere que el Concello asuma el autobús de Monte Porreiro y financie los "tráficos urbanos"

La aportación de las administraciones sería de 600.000 euros al año, a repartir entre los gobiernos autonómico y local -La consellería admite que debe mantener el servicio a su costa entre los demás municipios y la ciudad

Autobuses estacionados en la dársena de la terminal pontevedresa. // R. Vázquez

El proyecto de transporte público que tiene en fase de exposición al público durante este mes de febrero todavía debe dar nuevos pasos, ya que lo único claro es que se trata de adjudicar unas líneas de autobuses cuya concesión caduca el próximo verano. Pero la Consellería de Infraestruturas, que impulsa este plan, tiene claro que "hay que garantizar el servicio a los vecinos" y que el Concello de Pontevedra se debe implicar, de un modo u otro, en su implantación y, sobre todo, en la financiación.

Así lo explican fuentes oficiales de la consellería, que ha diseñado una red de 27 lineas de autobús para dar servicio a Pontevedra, junto con los municipios de Poio, Marín y Vilaboa. Infraestruturas sostiene que de todas esas rutas, al menos dos, las que enlazan el casco urbano con el barrio de Monte Porreiro, deben ser asumidas por el Concello, "dentro de su obligación legal de disponer de un transporte público municipal".

Se citan esas dos líneas por circular exclusivamente por el casco urbano, sin proceder de otras parroquias o municipios. Con respecto al resto, la Xunta admite que está obligada a "ofrecer un servicio de transporte interurbano" para enlazar los municipios del entorno "con la estación de autobuses de Pontevedra", de ahí que se saquen a concesión en su totalidad.

Sin embargo, aclara que muchos de esos recorridos disponen de paradas dentro de la capital, por ejemplo desde Estribela, y que su financiación debe ser asumida en parte por el Concello. En este apartado, el estudio económico expuesto al público establece unos ingresos anuales de explotación, de las 27 lineas en concurso, de algo más de 1,4 millones de euros, pero los gastos llegarían a 1,9, lo que supone un déficit de medio millón de euros que debería ser asumido por las dos administraciones.

Con la suma del IVA, esa cifra rondaría los 600.000 euros al año y la Xunta se encargaría de la mayor parte, si bien el Concello debería financiar los denominados "tráficos urbanos", es decir aquellos recorridos entre dos municipios pero que funcionan en algún tramo como autobús por la ciudad. Es el caso del que une Marín con Montecelo, o con la plaza de España, o los que llegan desde Vilaboa.

La relación de recorridos incluye rutas estrictamente dentro del término municipal, por Lérez y Alba o desde Bora y Salcedo, que también entrarían en este reparto. No obstante, la consellería reconoce que a día de hoy no hay un reparto definido de esos 600.000 euros, ya que dependerá de la licitación de todas las concesiones, las ofertas que se reciban y la demanda de cada una de ellas, de modo que hasta después del verano podría no estar clara esta financiación.

Placeres, novedad

Fuentes de la consellería señalan que la falta de acuerdo actual con el Concello impide realizar una selección de lineas para cada administración, por lo que la Xunta sacará todas a concurso. Las que presentan mayor demanda y, por tanto contarán con frecuencias más elevadas, son las dos de Monte Porreiro, las que proceden de Marín o las de Lérez y Alba. Se insiste en que "la población no puede quedarse sin servicios, de ahí que se liciten las 27 lineas, con un refuerzo" en algunos casos, como la implantación de una ruta desde la estación de autobuses hasta el colegio de Placeres.

También se culpa al gobierno local de que no avance el Plan de Transporte Metropolitano de Pontevedra. La consellería aclara que el proyecto de explotación ahora en exposición obedece a una caducidad de las concesiones y "no es" el plan metropolitano, de ahí que en este fase solo figuren Pontevedra, Marín, Poio y Vilaboa. El resto de municipios de la comarca forman parte de la segunda fase, por el momento paralizada.

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