La retirada del barco de Portonovo "Petrel" de las costa de Cabo Udra aún deberá esperar al menos hasta principios de la semana próxima. El mal tiempo, el lugar en el que se encuentra la embarcación y las previsiones meteorológicas para los próximos días hacen inviable acometer antes la retirada de la embarcación accidentada el martes por la mañana.

El pesquero continúa semihundido en una de las ensenadas rocosas del entorno de Ancoradouro, en el litoral de Cabo Udra. Las alternativas que se manejan para retirar el "Petrel" son básicamente dos: hacerlo por mar o bien intentar sacarlo por tierra. En cualquiera de los dos casos el problema es muy similar: el difícil acceso hasta el lugar en el que se encuentra el casco de la embarcación.

Una vez que el barco se quedó sin gobierno la fuerza del mar acabó arrastrándolo hasta la rompiente, pasando por encima de una especie de barrera de rocas. Ese cinturón rocoso es ahora el principal escollo para una retirada por vía marítima puesto que dificulta y limita el acceso de cualquier otro barco. La opción de sacarlo por tierra mediante la ayuda de un tractor o un vehículo similar a priori tampoco parece sencilla debido a las características del sendero que llega hasta las inmediaciones de la ensenada, muy estrecho y con pendientes muy pronunciadas.

"Sacar hay que sacarlo porque ahí no se puede quedar", reconocía ayer el patrón del "Petrel", que apuntaba que la decisión final se adoptará la semana próxima en función de la situación que presente el barco. Ayer permanecía semihundido al lado de la costa y con el mar golpeándolo contra las rocas. Las previsiones de MeteoGalicia apuntan que la comunidad y las Rías Baixas quedarán durante lo que resta de semana bajo la influencia de profundas borrascas, que conllevarán temporales tanto en tierra como en el mar.

El "Petrel" se fue contra las rocas el martes por la mañana, cuando se encontraba en ruta de regreso hacia el puerto de Bueu, donde tenía previsto descargar las capturas de erizo del día. A la altura de Ancoradouro un cabo del barco se enganchó en la hélice del motor, lo que dejó sin gobierno a la embarcación.

Salto a las rocas

Pese a los intentos de los dos tripulantes de "anclar" la embarcación con sendos rizones el mar acabó llevándola contra la rompiente, obligando a los dos hombres a saltar al agua para llegar a las rocas. Afortunadamente salieron ilesos y no necesitaron atención médica.