El caso del pontevedrés Jaime C.C., que se ha visto obligado a vivir en la calle, según asegura, por sus bajos ingresos y por utilizar silla de ruedas, ya está en manos de los servicios sociales.

La Cruz Roja confirmó ayer a FARO que estos días ha estado junto al hombre para ofrecerle su apoyo en todo lo que necesite y que las trabajadoras sociales trabajan con él en la búsqueda de una vivienda acorde tanto a su condición física como a sus ingresos económicos. La organización trabaja en coordinación, como es habitual en estos casos, con otras instituciones, incluido el Concello de Pontevedra.

Fuentes de Cruz Roja aseguran que es habitual que cuando una persona nueva que vive en la calle sean los propios vecinos los que se preocupen por ella y que se pongan en contacto con la ONG para ayudarle de algún modo.

Jaime C.C. asegura que cobra una pensión de poco más de 400 euros y que no encuentra una habitación que se ajuste a este presupuesto y a su minusvalía, ya que hace cuatro años que le amputaron parte de la pierna. "Es difícil que te alquilen nada porque te dicen que les rayas el parqué o las puertas", se lamenta.

Dedicado toda su vida a la hostelería, afirma que "no quiero vivir como un marqués". Asegura también que está en lista de espera desde hace dos años por una vivienda de protección oficial de la Xunta.