La sentencia indica que María Rosa Pouso Navazas formaba parte de Inmobiliaria San Saturnino, SL, como socia única, desde junio de 1987. También la excuñada de Miñanco, Josefa Pouso, era una de las socias fundadoras en el año 1985 de la inmobiliaria. A través de esta empresa se realizarían compras de varios bienes inmuebles en O Salnés y aledañas.

En la celebración de este juicio, el pasado noviembre, la defensa de José Ramón Prado alegó la cosa juzgada y la prescripción, mientras que la defensa del empresario y testaferro, adhiriéndose al alegado por la defensa de Bugallo, invocó la vulneración de todos los derechos fundamentales y, en concreto, la indefensión por la falta de concreción de la acusación del fiscal.

El tribunal desestimó tanto la prescripción como la cosa juzgada. Tampoco apreció que se haya producido ni indefensión, ni vulneración del principio de contradicción alegados.