La asociación Juan XXIII no es ajena al problema global de envejecimiento poblacional. Sus usuarios se hacen mayores y la entidad necesita dar respuesta a las necesidades de atención de sus usuarios. Dos unidades de cuidados a personas mayores se encargan ahora ofrecer esta posibilidad a las familias. Pero es insuficiente. De ahí parte la residencia que la asociación construye desde en una parcela anexa. Sin embargo, la falta de financiación ralentiza los trabajos. Nuria Luque es clara en eso. "Necesitamos mayor implicación de las administraciones para poder concluir esta obra", cuyo presupuesto supera los 3 millones de euros.

"Todas ellas serán concertadas, es decir, será la Xunta quien las otorgue, pero al menos ofrecerá una alternativa a las familias beneficiarias", apunta.

Y es que las personas que padecen, por ejemplo, síndrome de Down padecen un envejecimiento prematuro. "Tenemos usuarios que con 45 años ya padecen alzheimer". Y esta realidad les obliga a avanzar para dar soluciones a la demanda de sus usuarios.