La Audiencia de Pontevedra juzgó ayer a un joven acusado de un delito continuado de abusos sexuales hacia su hermana, menor de edad, en unos hechos que se produjeron en el partido judicial de Cambados.

Al concluir el juicio, que se celebró a puerta cerrada en la sección segunda de la Audiencia Provincial, el fiscal mantuvo la petición de condena de 12 años de cárcel para el acusado, que negó los hechos que le imputan.

Según el relato que hizo el Ministerio Público, el procesado, cuando su hermana menor tenía 11 años de edad, procedió a ejecutar actos de naturaleza sexual hacia ella, a los que la menor accedía por la "confianza que la menor tenía hacía él por ser su hermano" y a que "dado su escaso desarrollo evolutivo" no percibía estos hechos como extraños, diciéndole el procesado que se trataba de un juego.

Según el fiscal, los abusos de los que fue víctima esta menor por parte de su hermano se produjeron de forma reiterada, "prácticamente todas las semanas". La menor requirió apoyo psicológico por estos hechos.

Además de los doce años de prisión se solicita por parte del Ministerio Público una indemnización para la víctima de 30.000 euros por los daños sufridos por estos hechos.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha dejado visto para sentencia el caso.

Aún menor

La víctima, que a día de hoy sigue siendo menor de edad, compareció en la sala protegida con un biombo para poder declarar sin ser vista por el presunto agresor.

Aun así no pudo completar su relato de los hechos al estar muy afectada. Fuentes judiciales informaron de que esta circunstancia no resulta importante ya que el tribunal dispone de su testimonio grabado con anterioridad en sede judicial.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, los hechos ocurrieron en el domicilio familiar, desde que el acusado alcanzó la mayoría de edad, momento en que su hermana tenía 11 años, comenzó a abusar de ella sexualmente.

El procesado aprovechaba las ausencias de sus padres por las tardes para ejecutar sobre la menor, "en un número indeterminado de ocasiones, pero prácticamente todas las semanas", actos de naturaleza sexual con el fin de satisfacer sus deseos.

Como consecuencia de estos hechos, la niña sufre secuelas como síntomas de reexperimentación de recuerdos, ansiedad, alteración del sueño o apatía, y ha necesitado apoyo psicológico.