Un diagnóstico oncológico supone un brusco giro en la vida de un paciente, que repentinamente debe hacer frente a un proceso para el que nunca se está preparado y que tiene incidencia en todos los aspectos de la vida, especialmente en el familiar y en el económico.

Un estudio elaborado por la Asociación Española Contra el Cáncer analiza con detalle este último apartado, parándose especialmente en el impacto que esta enfermedad tiene para autónomos, desempleados sin prestación y trabajadores con rentas inferiores al Salario Mínimo Interprofesional.

Y es que aunque un refrán asegura que el dinero no da la felicidad, en un proceso oncológico supone un pilar más para garantizar la recuperación.

El estudio elaborado por la AECC arroja datos como que en la provincia de Pontevedra se registraron 4.651 nuevos casos de cáncer el año pasado, de los que el 11% son personas menores de 65 años que se encuentran en una situación laboral de riesgo. Y si en toda la provincia fueron 511 las personas diagnósticas con dificultades económicas, en el término municipal de Pontevedra fueron 107 las que se enfrentaron a un proceso oncológico que puso en riesgo su estabilidad económica. De ellos, 55 son autónomos, 43 son desempleados y 9 trabajadores con salarios iguales o menores al SMI. La media anual es de más de un centenar de autónomos en la provincia.

La cifra de autónomos se dispara en Galicia, alcanzando los 804 trabajadores por cuenta propia que han padecido la enfermedad el año pasado.

El estudio de la AECC recoge que el 80% de las personas autónomas en Pontevedra cotiza por la base mínima, de 919,80 euros, lo que supone que, durante el tiempo de incapacidad temporal, reciben una prestación de 670 euros por mes. De ahí hay que descontar los 275 euros que tienen que seguir aportando a la Seguridad Social, lo que reduce el líquido mensual a 395 euros. Cuantía inferior al mínimo de subsistencia de los salarios sociales fijado en 426 euros.

Pablo Braña, trabajador social del equipo de atención psicosocial de enfermos avanzados Obra Social La Caixa, recuerda que con estos ingresos tienen que hacer frente a los gastos diarios de su familia, a los de su negocio y a los derivados de su enfermedad, como la medicación, los traslados, etc., "lo que pone en peligro su subsistencia y la de su negocio".

Añade que esta es la razón por la que los autónomos son el grupo de trabajadores que menos bajas solicitan y uno de los más vulnerables con la aparición del cáncer.

El estudio destaca una mayor incidencia del cáncer entre hombres autónomos (71,8%) que entre mujeres (28,2%), pero matiza que la abultada diferencia se debe al número significativamente mayor de hombres adscritos al régimen de autónomos, que asciende al 66,5%, muy por encima del 33,45% en el caso de las mujeres.

En cuanto a los datos por edad, el estudio desvela que el 56% de las personas afectadas de cáncer que trabajan por cuenta propia son mayores de 55 años. En lo que se refiere al colectivo de hombres, el grupo de edad de entre 60 y 64 años es sobre el que más inciden los nuevos casos de cáncer, seguido muy de cerca del grupo de 55 a 59 años. Ambos colectivos aglutinan el 62,28% de los casos.

Estos datos difieren al analizar los casos de mujeres, en lo que los grupos de 50-54 y 55-59, que representan el 45,35% del total, son los más afectados.

El estudio refleja una diferencia significativa en el colectivo de autónomos con cáncer, dentro del rango de edad de 45 a 49 años, donde se dobla prácticamente el número de casos nuevos diagnosticados en mujeres que en hombres. También detecta una diferencia muy significativa en los casos detectados en el rango de edad de 60 64 año, donde es muy superior la incidencia en hombres.

Tipos de cáncer

En cuanto a la distribución por tipo de cáncer diagnosticado atendiendo al sexo, dentro del colectivo de autónomos, el estudio refleja que en hombres los tipos de cánceres con mayor incidencia son pulmón (18,12%), próstata (16,35%), colorrectal (13,75%) y vejiga (7,9%).

En el colectivo de mujeres, el cáncer de mama es el más frecuente con un 40,39% de los nuevos casos diagnosticados el año pasado, seguido muy de lejos por el colorrectal (10,21%) y pulmón (6,74%).

Por rango de edad el tumor de mama se mantiene en todos los intervalos como el más frecuente, pero pierde importancia paulatinamente a medida que avanza la edad. El cáncer de útero aumenta su frecuencia a partir de los 55-64 años , situándose en esas franjas como el tercer tipo de tumor más frecuente, superando al de pulmón.

Al margen de datos, la enfermedad tiene un claro impacto en aquellas familias o pacientes cuya realidad económica es inestable o depende, como es el caso de los autónomos, de la capacidad del trabajador para ejercer la actividad.

La Asociación Española Contra el Cáncer considera que el impacto económico es de tal magnitud que en muchos casos condiciona la recuperación en un proceso en el que la estabilidad resulta vital para el paciente.