Hace una década, más de un tercio de los vecinos que residía en el municipio de Pontevedra lo hacía en alguna de las quince parroquias del rural capitalino. Ahora apenas llega al 24% y son 20.028 los pontevedreses que aún viven en el rural, si bien muchos de ellos lo hacen en parroquias limítrofes al casco urbano, como Mourente o Lérez, o en territorios donde existe suelo urbano, como Lourizán y Pontesampaio.

Según los datos del padrón municipal, son 64.046 las personas que tienen su domicilio dentro de la ciudad, lo que supone el 76% del total, cuando en 2009 eran alrededor de 60.800.

Estas cifras ponen de manifiesto que las parroquias del municipio cada vez tienen menos habitantes y en la última década han perdido unos 1.100 vecinos, un 5% de caída. En cambio, el casco urbano creció en el mismo periodo en más de tres mil personas, lo que permite deducir que no solo acuden al centro vecinos del rural, sino que es el enclave elegido por aquellos empadronados procedentes de otros municipios.

Este análisis municipal revela que solo dos parroquias, Lérez y Tomeza, tienen ahora más residentes que hace un año. La primera pasó de 1.704 a 1.712 y la segunda subió de 998 a 1.000. Son aumentos muy ligeros y casi simbólicos que no ocultan el abandono progresivo del rural en los últimos años.

Lourizán, con el enclave de Estribela como foco demográfico, se mantiene como la parroquia más poblada del municipio, con algo más de tres mil habitantes. Es la única que rebasa esa barrera pese a perder cinco habitantes en el último año. Hace diez años eran más de 3.200, Por encima de los dos mil vecinos se mantienen Marcón, Mourente y Salcedo, si bien han perdido uno, diez y diez residentes respectivamente en los últimos doce meses.

Campaño, Lérez, Pontesampaio, San Andrés de Xeve y Tomeza están en la franja entre mil y dos mil personas, mientras que por debajo de esa frontera se sitúan Verducido, Santa María de Xeve, Alba, Bora, Cerponzóns y A Canicouva. Esta última apenas suma 254 vecinos y es, de lejos, la parroquia con menos población del municipio.

No obstante, hace unos años que no pierde población. Tiene la misma que hace un año y doce vecinos más que en 2013, mientras que las demás registran caídas. La más grande es la de Alba, con nueve residentes menos que hace un año. En Bora es uno menos, cuatro en Cerponzóns, igual que en Santa María de Xeve y cinco de caída en Verducido.