El paso de peatones en el que hace tan solo unos días era atropellado un anciano de 92 años de edad no convence a los residentes del entorno.

La luz solar, a determinadas horas del día, deslumbra a los conductores y dificulta la visión, convirtiéndo en inseguro un paso de peatones pintado frente a la entrada de un colegio y que apenas es perceptible para los conductores. La nieta del hombre atropellado lo comprobaba ayer. Sin embargo es utilizado por una alta densidad de población, sobre todo escolares y personas de edad avanzada.

El accidente ocurrido esta semana pone de manifiesto, según miembros de la asociación Mollabao Sí, los problemas de inseguridad de un vial para el que piden el mismo tratamiento que para el resto de las vías urbanas.

El paso de peatones es reciente. Apenas cuenta media docena de años. Y no fue pintado por iniciativa de ninguna administración, al contrario.

Fue Inés Fernández, vecina del barrio, quien tuvo que empeñarse a fondo para que la Xunta aceptase pintar el paso y garantizar una mínima seguridad a quienes quisiesen cruzar la carretera en este punto.

Lograrlo no fue tarea fácil. Tuvo que reunir más de 3.000 firmas que avalasen su petición y esperar casi dos años a que el Concello gestionase con la Xunta el pintado de esta señal horizontal.

No lo hizo por capricho. "Mi hija pequeña iba a ese colegio y veía el peligro que suponía cruzar la carretera sin ninguna seguridad. Me extraño que el mismo colegio no lo solicitara y decidí empezar".

En su lucha contó con el respaldo de quien en aquel momento era la concejala de esa zona, Carmen Fouces. "Lo tramitó ante la Xunta, que en un primer momento lo rechazó y finalmente aceptó. Pero yo tuve que ir puerta por puerta por todo el barrio solicitando a cada vecino que firmara la petición, porque me dijo que sin las 3.000 firmas no había nada que hacer".

Inés Fernández temía un accidente. Y no por casualidad. "Cuando mi hijo mayor tenía 11 años lo atropellaron en el otro paso de peatones, el que está debajo del puente. Estuvo mucho tiempo en coma y que se salvase fue casi un milagro. No fue el único accidente grave que ocurrió en estos pasos de peatones, por desgracia hubo muchos más; muchos que ni siquiera salen en los medios. Esa carretera es insegura, estamos cansados de decirlo pero aquí nadie hace caso", apunta.

Por ello Inés Fernández respalda todas las reivindicaciones de Mollabao Sí. "No quiero esperar a que haya más desgracias", apunta.

La proximidad del Centro de Día, la existencia de una población envejecida que utiliza esta vía para pasear y la residencia en el entorno de personas con movilidad reducida "deberían de ser factores a tener en cuenta para mejorar las condiciones de seguridad en esta carretera, en la que es fácil ver a personas en silla de ruedas por el asfalto porque es imposible que accedan a la acera". Y es que Inés Fernández reprocha al Concello que "presuma de accesibilidad" cuando "a unos metros del centro es imposible subir a la acera con una silla".