El Concello de Caldas restaurará la fuente y el abrevadero situado junto al puente romano del río Bermaña. Tras la de A Burga, se trata de la segunda fuente más emblemática del municipio y la primera que no es de agua termal. Las obras seguirán precisamente la misma filosofía de recuperación de A Burga y la de la plaza de Abastos y para ello se basarán en el expediente municipal de su construcción, que data de 1861.

El alcalde, Juan Manuel Rey, anunció ayer el inicio de las obras de restauración de la fuente y abrevadero, que afectará además a la plaza del Campo da Torre, restaurada por la Escola Taller en 1997. El regidor destacaba la importancia de la fuente, ubicada en pleno Camino Portugués y forma parte del conjunto monumental del entorno del puente romano, pese a que se construcción es muy posterior, al ser la fuente de 1861.

La restauración de este elemento patrimonial se afrontará mediante diferentes y especializadas tareas de reparación de cantería, para mejorar la estanqueidad del agua y restauración de piedras quebradas, así como trabajos de forja y en la propia instalación y adecuación del espacio que conforma la fuente. Además se realizará una limpieza general en seco de fachadas y depósitos, la eliminación manual de la costra biogénica, saneado de la mampostería hundida, revisión de las barras de acero o restauración de los caños de bronce, entre otros aspectos.

También se contempla la actuación en el entorno, con la reubicación de señales de tráfico, farolas, contenedores de basura y la recuperación de los pasos naturales. También contempla la puesta en valor del abrevadero, que tras la intervención en la plaza del Campo da Torre en 1997 quedó "hundida", por debajo del nivel de la propia plaza, por lo que se plantea una remodelación del entorno de ésta con la fuente.

El proyecto de restauración, redactado por el arquitecto José Luis Pita, será ejecutado por la empresa Construcciones Obradoiro Compostela, la misma que realizó los trabajos de recuperación de la fuente de a Burga. Cuenta con un presupuesto de 33.264 euros (sin incluir los impuestos), de los cuales 11.880 proceden de una subvención de la Diputación.

Una obra de 23.591 reales

Para su restauración, el equipo redactor del Concello acudió al primer documento municipal que tiene constancia del proyecto de la propia fuente y abrevadero, que data de 1861. En el se detalla que estuvo planificado por el arquitecto José María Ortiz y la contratación a favor de Gregorio Trapote. La obra supuso en la época un desembolso para las arcas municipales de 23.591 reales, tal y como indica el propio expediente de 1861. Su construcción aparece ligada a la torre de Dona Urraca (que databa de 1228), que estaba emplazada en las proximidades de la fuente y pero la construcción medieval fue derruida para aprovechar la piedra para construir la iglesia de Santo Tomás a finales del siglo XIX.