Las carrozas que ayer cumplieron los sueños de miles de niños en las calles de Pontevedra repartieron cerca de dos toneladas de caramelos. Para que ninguno de ellos se quedasen sin disfrutar de estos dulces tan deseados, los Reyes Magos decidieron que fuesen aptos también para personas con celiaquía, es decir, sin gluten. Si es tradicional que sean los adultos los que protagonicen las grandes "batallas" por los dulces al paso de la cabalgata, este año no iba a ser diferente y hubo alguno que recurrió al truco del paraguas abierto, aunque no llovía ni había previsión de ello, para que le cayesen un mayor número, lo que provocó el malestar de las personas que se encontraban a su alrededor.