La Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma) considera que 2018 "fue un mal año para los arroaces" de las Rías Baixas. Los varamientos -sobre todo provocados por la captura accidental de delfines mulares- y el alto índice de mortandad infantil merman la población de esta especie tan representativa de la costa gallega.

Desde su posición al frente de la Red de Varamientos de Galicia, la Cemma está en condiciones de asegurar que, por el momento, los delfines no están en riesgo, pero ya advierte de que la amenaza va en aumento y de que pueden registrarse importantes problemas si persiste la situación actual, cuando la alta mortalidad supera con creces el índice de natalidad. En este sentido, "la captura accidental es la principal causa de muerte y varamiento, con más del 50% de los casos examinados, seguida de la mortalidad infantil, con un 22%, y las enfermedades patológicas, un 10%".

Para dar cuenta de esta peligrosa situación la entidad alude a datos concretos, como por ejemplo que en los últimos años "se ha observado un incremento en el número de arroaces varados muertos" y también que han aumentado los casos de mortandad tanto entre las crías como de hembras adultas, lo cual "puede influir negativamente en la situación poblacional de la especie". De forma más detallada se aclara que el año pasado "nacieron nueve cachorros, pero cuatro murieron en los primeros meses de vida, como también otros catorce juveniles y adultos".

De este modo 2018 "volvió a ser un año con más muertes que nacimientos" en las Rías Baixas. A lo que se suman cuatro muertes más en el norte de Galicia, "aunque allí no se hizo un trabajo específico para control de nacimientos, por lo que no se puede valorar la situación local", detalla Cemma.

Citan como "el caso más significativo" el de una hembra que "estuvo arrastrando el cuerpo de su cachorro muerto durante tres días en la ría de Vigo", siendo ésta una muestra de duelo que "ya se ha observado en otras ocasiones entre los cetáceos".