Unos 70 niños de cerca de 40 familias con menos recursos de Poio podrán abrir el día de Reyes sus regalos y será gracias a la solidaridad de los vecinos que colaboraron con diferentes asociaciones como la SCD Samieira, el CCT Poio, el Poio Pescamar, el Ampa Vista Alegre de Espedregada o Protección Civil, entre otras. Buena parte de la culpa lo tienen voluntarios como Silvia Ramírez, que en los últimos fines de semana y, rodeada por un equipo de otras seis personas, estuvieron seleccionando, limpiando y envolviendo juguetes que distribuirán Benestar Social entre las familias con menos recursos.

"El Anpa Vista Alegre, el CCT Poio en la andaina solidaria o el Poio Pescamar que organizó un partido solidario, la aportación de Servicios Sociales y la SCD Samieira hicieron una labor fundamental", indicaba Silvia que ya lleva seis años realizando esta recogida de juguetes. Una campaña, que en esta ocasión fue un poco diferente. "En otros años sobraron regalos que fuimos almacenando o que dábamos a Pontevedra, pero este año hubo menos juguetes donados, no sabemos si por la crisis o porque quizá nos faltó publicitarla más, pero hemos tenido que echar mano de juguetes de otros años para que todos los niños de familias con menos recursos tuviesen sus regalos", explica Silvia.

Desde los colectivos estimaron que en la selección tuvieron que desechar cerca un 15 por ciento de los juguetes que habían sido previamente donados. "Hacemos un trabajo de selección porque no queremos entregar juguetes en un mal estado que no se deberían entregar a nadie", mantiene Silvia, que también participaba en la puesta a punto de los regalos.

Entre las donaciones más habituales destacan las muñecas, juegos de comida o para hacer collares. "En cambio, para niños de 12 años es mucho más complicado que lleguen juguetes", comenta Silvia. Eso sí, pese a haber este año menos donaciones, no bajó en la calidad, según señala. "Incluso un miembro del club ciclista de Poio donó una bicicleta de montaña que no usaba y estaba en perfecto estado", comenta Silvia. Además de los juguetes, los niños se llevan entre dos y tres libros.

Aunque la idea de Silvia es continuar los próximos años con el programa de recogida, reconoce la dificultad. "Son muchas horas y no siempre se puede", comenta recordando que cada año son menos voluntarios preparando los regalos, hasta el punto que incluso no se pudo organizar por falta de tiempo la tradicional gala solidaria de la SCD Samieira, que podría recuperarse para finales de este mes.

"La mejor gratificación es el saber que gracias a todas las donaciones solidarias y un poco de trabajo muchos niños son cada inicio de año un poquito más felices, bien que te hace sentir eso es suficiente pago, el saber que esos pequeños tendrán un juguete y una sonrisa", concluye Silvia.