Una ballena frente al conocido como "Con do Cabalo" de Beluso. Dos barcos con base en el puerto de Bueu se encontraron ayer con un ejemplar muerto de rorcual común (Balaenoptera physalus, en su nombre científico) frente a la costa de la localidad de O Morrazo. Sus estimaciones iniciales, que apuntaban que podría medir alrededor de 12 metros, se quedaron cortas. Cuando el cuerpo del animal pudo ser remolcado hasta el puerto de Marín y se examinó con más detenimiento se comprobó que medía 20 metros. La ballena llevaba varios días muerta y desde el Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) apuntan que el fallecimiento se pudo deber a una colisión contra un barco. Una hipótesis que se fundamenta en que el cetáceo tenía la columna vertebral rota.

Los primeros en avistar el rorcual fueron los hermanos Antonio y Rubén Buceta, patrones respectivamente del "Nereira" y "Managra", dos barcos que trabajan en la pesca del pulpo. Cuando la divisaron estaban a una milla del conocido como "Con de Cabalo", en la parroquia de Beluso, y decidieron avisar de inmediato al 112 debido al tamaño del animal. A continuación se movilizó al remolcador "María Pita" de Salvamento Marítimo, que tiene su base en la Escuela Naval Militar de Marín y que llegó a puerto alrededor de las 13.30 horas.

Durante la tarde integrantes del Cemma estudiaron y tomaron muestras del animal, que llevaba varios días muerto. "Se encontraba en estado de descomposición y es difícil determinar la fecha de la muerte, pero podría llevar muerta entre cinco y siete días", según explicaban.

El ejemplar hallado en Bueu era una hembra adulta de 20 metros de longitud y que en las mediciones posteriores arrojó un peso de unas 30 toneladas. "No se puede saber su edad, aunque su estructura ósea indica que no era demasiado vieja", añaden. Este animal se considera el segundo más grande del planeta, solo por detrás del rorcual azul.

Debido a su grado de descomposición resulta complicado establecer la causa de la muerte, pero el análisis realizado reveló que el cetáceo tenía la columna vertebral fracturada. Este dato hace pensar que probablemente chocó contra algún barco de grandes dimensiones.

El hábitat natural de estas ballenas son las aguas oceánicas o mar abierto, aunque siempre han pasado por delante de las costas de Galicia. La moratoria en la caza de las ballenas aprobada en el año 1986 facilita que cada vez sea más fácil avistarlas debido a que ha desaparecido su principal amenaza.

En el año 2011, casualmente en las fiestas navideñas, apareció otro ejemplar de rorcual común en la isla de Ons, dentro del Parque Nacional Illas Atlánticas. El mismo remolcador "María Pita" se encargó de trasladarla hasta Bueu, donde se montó un gran dispositivo para poder izarla y llevarla a una planta de incineración.

Ayer por la tarde se puso en marcha el dispositivo para retirar la ballena y proceder a su tratamiento en una planta incineradora. Una maniobra que se realizó en medio de un intenso olor a descomposición, un signo revelador del tiempo que llevaba muerto el animal. Los científicos del Cemma tomaron muestras de las costillas, columna vertebral e intentaron también obtener restos del estómago, algo que fue muy difícil debido precisamente a su estado de descomposición, tal como explicaban fuentes presentes en el lugar.