El pasado 11 de diciembre se cumplió un año desde que Elnosa tuviera que cesar la producción de cloro en Lourizán en cumplimiento de la normativa europea que impedía su fabricación utilizando la vieja tecnología de mercurio. Entonces, la plantilla, compuesta entonces por unos 60 trabajadores fijos, tenía la esperanza de que todavía se pudiera llevar a cabo la reconversión a una tecnología de membrana que mantuviera la empresa y los puestos de trabajo en Pontevedra.

Un año después, concretamente este mismo viernes, otros diez trabajadores causarán baja en la firma en cumplimiento del ERE extintivo aplicado por la empresa al no poder continuar en Lourizán. Quedarán once todavía en nómina, ocho que causarán baja en junio y tres más que lo harán en junio de 2020, principalmente para dirigir el proceso de desmantelamiento de la empresa del que todavía se sabe más bien poco.

Elnosa dejará en la comarca una oficina comercial de la que tampoco se sabe cuál será su ubicación definitiva y en la que estarán empleados siete administrativos y comerciales.

Entre estos diez trabajadores que causarán baja el viernes hay veteranos trabajadores como el expresidente del comité de empresa, Avelino García, responsable también de Industria en el sindicato Comisiones Obreras. Ayer destacaba que la empresa y los trabajadores alcanzaron ya un acuerdo sobre las cantidades económicas que percibirán tras la aplicación del ERE y que resaltó que se van a producir en una buenas condiciones para los trabajadores que se van. Además, también las dejan pactadas para los que todavía siguen hasta junio, algo que les hace sentirse satisfechos.

Por otra parte, también se ha trabajado en intentar recolocar a un mayor número de trabajadores posible. Si un total de siete ya se informó que habían encontrado hueco en la plantilla de Ence, finalmente serán 17 (14 de los que todavía estaban en nómina y tres de los que habían sido despedidos en un anterior ERE) los que pondrán rumbo hacia Torrelavega, en donde el grupo empresarial Bondalti, dueño de Elnosa, tiene previsto realizar una inversión de 55 millones para modernizar una clorera. El cambio es traumático para muchos trabajadores que estaban asentados en Pontevedra, pero valoran las condiciones laborales que se les ofrecen así como una estabilidad que nunca encontraron en Lourizán, en una fábrica que siempre estuvo amenazada por el fin de la concesión en terrenos de Costas.

Con todo, la incorporación no será inmediata, y cuentan con que se produzca en los meses de abril o mayo, cuando también está previsto que puedan finalizar los trabajos de modernización de la fábrica cántabra.

Desmantelamiento

Los pocos que quedarán aquí en Pontevedra estarán centrados en las labores de preparación para el desmantelamiento de la fábrica, de cuyos plazos los trabajadores no disponen por ahora de información alguna. Y es que aunque la empresa sí anunció su intención de no continuar en Lourizán al no darse las condiciones legales para ello, la resolución del expediente de caducidad abierto por Costas todavía se desconoce. Es a partir de la resolución de Costas cuando se podrá hablar de plazos para recuperar estos terrenos así como la forma en la que se hará esta reversión al dominio público de os terrenos que ocupa la empresa. El grupo Bondalti deberá presentar un plan de desmontaje y descontaminación que deberá ser aprobado tanto por Costas del Estado como por la Consellería de Medio Ambiente. En un comunicado reciente se daba un plazo de dos años para llevar a cabo todo este proceso.