Determinadas discapacidades no son limitantes para incorporarse al mercado laboral. La formación y el asesoramiento adecuado junto a una actitud positiva de superación logran el doble objetivo de que personas discapacitadas desarrollen con éxito una vida laboral a la vez que ganan en autonomía. De esto sabe mucho Diego Chapela Portela, director del programa de empleo de la Fundación Juan XXIII, que estos días está inmerso en la selección de las personas que participarán en el segundo Plan Integrado de Empleo. Durante un año un centenar de personas de Pontevedra, Marín, Poio, Cangas y Moaña con algún tipo de discapacidad tendrán la oportunidad de contar con un itinerario personalizado que facilitará su incorporación al mercado laboral.

No es una tarea fácil. Junto a la capacitación profesional de las personas con discapacidades, el programa tiene que afrontar un trabajo emocional que apueste por el empoderamiento de los participantes y por una mejora de la autoestima, que en ocasiones tienden a desmotivar a quienes afrontan el complejo reto de incorporarse al mercado laboral. No es una dificultad exclusiva de las personas con discapacidad, pero este Plan Integrado de Empleo le presta una atención especial.

Se trata de una iniciativa que la Fundación Juan XXIII desarrolla a través de la gestión de fondos europeos concedidos por la Consellería de Industria e Emprego. En total recibirán 250.000 euros de la Xunta, entre este ejercicio que está a punto de concluir y el año 2019, y la propia Fundación aportará 62.500 euros.

La contratación de un personal especializado en diferentes materias absorbe buena parte del presupuesto de un programa que arranca con unas entrevistas personales que determinan las capacitaciones de cada participantes, y que sirven de base para el desarrollo de un itinerario personalizado para iniciar esa búsqueda. A partir de ahí comienza la formación, que en algunos casos se centra en recualificación profesional para mejorar el nivel de competitividad de cada participante y acciones concretas que les acerquen al mercado laboral, a través de empresas en las que realizarán sus prácticas de cara a una posterior inserción. Todo un camino que recorrerán acompañados de un preparador laboral que se irá retirando a medida que avanza el itinerario para facilitar que el participante gane en autonomía.

Es el segundo año consecutivo en el que la Fundación se embarca en un programa de estas características, con lo que en esta segunda edición "tenemos ya mucho camino andado, sobre todo en lo que se refiere a vínculos con el tejido empresarial", asegura Diego Chapela.

Y es que esta es una de las principales dificultades que se encuentran tras superar la formación de las personas con discapacidad. "Hay mucho desconocimiento en las empresas de lo que es contratar a un discapacitado y supongo que en esta materia tendremos que empezar a trabajar desde la Fundación".

La idea general de empresario es que va a incorporar a su plantilla a una persona menos productiva. Sin embargo Diego Chapela sabe que no es así. "Son muy metódicos y muy responsables con su trabajo. Una vez que tienen clara cual es su tarea, son personas muy cumplidoras". Un orientador laboral les acompaña durante las primeras jornadas de trabajo y se encarga después de continuar la labor formativa para lograr la integración entre la plantilla. "Las experiencias de la primera edición han sido extraordinarias", concluye Diego Chapela.

Selección de personal

La selección de personal para estos cursos se realiza a través del Servicio de Empleo Público. Hasta el momento la Fundación ha seleccionado a 70 personas que recibirán formación hasta finales del año 2019, pero quedan todavía 30 plazas por cubrir con plazo para hacerlo hasta el próximo mes de febrero.

Los interesados en acceder a esta formación gratuita, y que se imparte entre Pontevedra, Poio y Marín, pueden hacerlo a través de las oficinas de empleo público, indicando su interés en ser seleccionados para el plan integrado de empleo que gestiona la Fundación Juan XXIII, que quiere demostrar con esta iniciativa que la discapacidad no es limitante para la inserción laboral y que solo se necesita la formación adecuada y una actitud de superación para lograr el objetivo de conseguir una autonomía plena.