El Pleno de la Corporación del Concello de Pontevedra aprobó esta mañana sus presupuestos municipales para 2019. Las cuentas del BNG salieron adelante con el voto favorable de los nacionalistas y gracias a la abstención del PSdeG, que acordó con ejecutivo de Lores unas enmiendas; y de Marea, que a pesar del rechazo del Bloque a las propuestas que realizó este grupo, se volvió abstener manteniendo la misma postura de años anteriores. El presupuesto, que ascenderá a 76 millones de euros, contó con el voto en contra del grupo del PP y la edil de Ciudadanos.

Se trató de un pleno marcado por las protestas de los trabajadores del Concello y de los vecinos del barrio de Mollabao, que vieron como también se aprobó una moción instando a la ejecución de las obras pendientes en la zona. Una sesión en la que el concejal delegado de Hacienda Raimundo González Carballo, calificó estas cuentas como "los mejores presupuestos de la historia" para Pontevedra, "son espectaculares", dijo, "cojonudos como los espárragos", añadió. González Carballo recuerda que las cuentas están diseñadas con el objetivo, entre otras cuestiones, de crear 1.093 puestos de trabajo en la ciudad y que recoge "inversiones por un tubo", nunca mejor dicho, dado que explica que algunas de las grandes actuaciones estarán ligadas al nuevo ciclo del agua y la adjudicación del este contrato municipal. Todo ello, explicó, manteniendo a Pontevedra como uno de los concellos con menor presión fiscal de Galicia y de España, afirmación que avaló con varias estadísticas recogidas en los medios de comunicación.

La abstención de PSOE y Marea no libró al grupo de gobierno de escuchar ciertas críticas a este presupuesto por parte de los grupos municipales que encabezan Tino Fernández y Luis Rei. El socialista reconoce que la negociación de varias cuestiones con el gobierno local permite esta postura de abstención de su grupo, aunque insiste en que son "unos presupuestos de un gobierno monocolor, no son nuestros presupuestos". Reconoció que el gobierno local "hizo un buen trabajo de maquillaje" con las cuentas pero cree que en fondo este documento "no profundiza en los desequilibrios que hay en Pontevedra". "Hay otra Pontevedra que no viaja en las fotos que van a París, Méjico o Hong Kong que es la de los barrios y las parroquias", dijo Fernández.

Por su parte, Luis Rei lamentó que el gobierno rechazase las enmiendas que planteó su grupo dado que eran aportaciones que recogieron de los vecinos de Pontevedra, aunque recriminó al gobierno local que muchas de las enmiendas pactadas con el ejecutivo en las cuentas de años anteriores y propuestas por Marea están sin ejecutar. En cualquier caso, mantuvieron su abstención para no obstáculizar estos últimos seis meses de mandatos al ejecutivo y calificó estos presupuestos como un "marco" para un cuadro que se tendrá que pintar por la nueva Corporación a partir de mayo, probablemente a través de un mecanismo del que ya ahora se echa mano habitualmente, como son las modificaciones de crédito.

Para Rafael Domínguez, el portavoz del PP, los presupuestos son malos para la "nefasta situación a nivel económico de la ciudad", son malos para el rural, dado que "todas las inversiones van al centro", para los "barrios" (y puso como ejemplo las protestas de los vecinos de Mollabao en el propio pleno) e insistió en que son "pésimos para los servicios sociales" y "pírricos en inversión", al incluir en este apartado otras de "empresas privadas, de la Diputación y la Xunta". Para Domínguez, se resumen también en unos "impuestos excesivos para unos servicios nefastos" y calificó la aprobación de hoy como la de los "presupuestos de las tres vergüenzas", por BNG, Marea y PSOE. "Esto deja muy claro una cosa: que en mayo el que no quiera a Lores no va a poder votar ni al PSOE ni a Marea que se pelean por ser la muleta de Lores".

Esta afirmación del PP causó cierta perplejidad a la edil de Ciudadanos, María Rey, quien también realizó una crítica contundente de los presupuestos y votó en contra.La concejala de C´s considera que las cuentas son "más de lo mismo", promesas de creación de empleo que ya escuchó en la aprobación de los presupuestos en años anteriores y que finalmente se quedaron "en objetivos que no fueron cumplidos".