Las conclusiones del "Proyecto Mendes. Aproximación integral a la minimización y manejo de captura no deseada de la flota española de arrastre en aguas del Golfo de Bizkaia y Noroeste Ibérico" no dejan lugar a dudas: el cambio del tamaño de la malla de copo de 70 a 100 milímetros que plantea Bruselas es totalmente inviable para el sector del arrastre, ya que merma en más del 50% sus ingresos. Así de concluyente fue el investigador de Azti Tecnalia, Esteban Puente, en la jornada sobre Organizaciones de Productores Pesqueros (OPP) impulsada por Opromar y que tuvo lugar ayer en Marín.

Puente señaló que el proyecto, diseñado inicialmente para el manejo de capturas no deseadas, "porque no interesan ni medioambientalmente, ni económicamente", fue ampliado a petición de la secretaria general de Pesca que quería saber el impacto que tendría en el sector y en los stocks la malla de 100 milímetros que quiere implantar Bruselas. Un tema que la Comisión ya incluyó en un borrador de medidas técnicas para las pesquerías europeas y que está ahora mismo en fase de aprobación.

A este respecto, el investigador de Azti destacó que los resultados son claros: "Sería una medida excesiva, de cara a la sostenibilidad de la actividad y, si bien es cierto que tendría una incidencia en la reducción de los descartes, también reduciría muy drásticamente la captura comercial. Esto, evidentemente, afectaría de forma muy negativa a la viabilidad económica de las empresas".

Esteban Puente fue tajante: "Si se implanta esta medida, la actividad de las empresas se pondría seriamente en cuestión y sería inviable, tanto en el corto como en el largo plazo". Por ello, señaló que la información obtenida ya se ha aportado a los foros europeos para "modular de una manera objetiva el impacto que tendría una decisión de este tipo". En este sentido, incidió en que, a partir de las pruebas experimentales realizadas en el mar, "podemos concluir que si se implanta la malla mínima de 100 milímetros (frente a los 70 actuales) la actividad sería inviable económicamente por una drástica bajada de las capturas comerciales, lo que provocaría una reducción de prácticamente el 50% en los ingresos de la empresa".

Por su parte, Xulio Valeiras, del Centro de Vigo del Instituto Español de Oceanografía, compartió las conclusiones del "Proyecto Descarsel", también realizado en colaboración con Opromar, que abordó la alta supervivencia de las rayas en la pesquería de arrastre de Galicia. Valeiras reconoció la importancia de los datos extraídos del estudio, que confirman este alto nivel de supervivencia, "que fueron validados y aceptados por la Comisión Europea, lo que implicó la aprobación de medidas de flexibilidad con respecto a la raya. Así que ya no es obligatorio descargarla, sino que se puede liberar viva al mar". Valeiras precisó que "Descarsel" constituye "un ejemplo de éxito de colaboración entre sector, administraciones y científicos" ya que, continuó, "consiguió unos resultados positivos para el pescador y los stocks".

Previamente al bloque de investigación, intervinieron en el acto el director gerente de Opromar, Juan Carlos Martín Fragueiro; el presidente de la Autoridad Portuaria de Marín, José Benito Suárez; la alcaldesa, María Ramallo, y la conselleira del Mar, Rosa Quintana. Precisamente ésta última apostó en su intervención por el refuerzo de las estructuras de las Organizaciones de Productores Pesqueros (OPP) "dado que comparten con la Administración gallega un cambio en la mentalidad gestora para conseguir la sostenibilidad de los recursos". Quintana se refirió asimismo al trabajo de las OPP como clave dentro de un sector innovador: "Se ponen al servicio de la pesca y de la alimentación para mejorar la comercialización de los productos del mar, reducir el impacto ambiental y aumentar los rendimientos económicos de los productores".