La asociación O Mirador de Monte Porreiro paralizó los desahucios de dos familias con niños en el barrio que no eran capaces de afrontar sus hipotecas. Fue en plena crisis y evitó que todos ellos se quedaran en la calle gracias a un acuerdo logrado con las entidades bancarias, CaixaBank y Abanca, que permitieron que durante un año y medio los progenitores pagaran solo los intereses de las cuotas. Ahora, el colectivo vecinal inicia una nueva etapa de colaboración con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, PAH, de Pontevedra, cediéndoles un día a la semana un local para sus reuniones con la ciudadanía.

Carlos Diéguez Faílde, presidente de O Mirador, reconoce que nunca dieron publicidad a esta actuación altruista. "No por nada, sino porque en los años de la crisis era muy común. Es la primera vez que lo hablo con la prensa", confiesa a FARO.

"Monte Porreiro es un barrio joven, por lo que cuando comenzó la crisis aquí se notó mucho porque hubo matrimonios que trabajaban los dos y que de repente se vieron los dos en la calle, sin ingresos. Nosotros, concretamente, actuamos en dos casos. En ambos se resolvieron favorablemente. La actitud de los bancos fue buena. Hoy día la situación de las familias ha cambiado y trabaja uno de los dos miembros. Está encaminado", resume.

La actuación de O Mirador tuvo lugar en el año 2014, al poco de ponerse al frente la directiva encabezada por Carlos Diéguez. "Llevábamos un año y poco en la directiva de la asociación. Nos enteramos porque una de las mujeres acudió a nosotros preguntándonos si podíamos interceder, si podíamos ayudarle de alguna manera", informa.

Del otro caso supieron a través de otro vecino del barrio, miembro de la asociación. "Era un caso complicado porque ya habían recibido dos órdenes de desahucio", matiza.

"Es realmente triste, porque la gente se metió en hipotecas y la situación cambió de la noche a la mañana y se quedó sin trabajo. Se vieron en situaciones comprometidas y con hipotecas de coste elevado porque ambos en la pareja tenían trabajo", explica Carlos Diéguez.

O Miradoiro está muy en contacto con las asistentas sociales, "aquí en el barrio tenemos dos". Además, cuando tuvieron lugar estos dos casos, uno de los miembros de la directiva, que ahora ya no está en el barrio, era abogado. "Pero también he de decir que no encontramos puertas cerradas. A los sitios donde llamamos siempre encontramos a una persona dispuesta a dialogar y a hacer cosas", indica.

"Como les cobraban solo los intereses de las hipotecas, ninguno de ellos llegaba a pagar 150 euros, por lo que su situación cambió totalmente. Esas posibilidades existen, lo que pasa es que la gente no las conoce. A las entidades también les cuesta ofrecerlas de primera mano, seamos claros", subraya.

Reuniones de afectados

La ayuda de O Mirador a estas dos familias es algo excepcional en la ciudad. El propio Carlos Diéguez confiesa que no conoce ningún otro caso de colaboración entre una asociación vecinal con particulares en esta materia.

Tras conocer, precisamente, esta actuación, ha sido la Plataforma de Afectados por la Hipoteca la que ha contactado con el colectivo.

Ahora les cederán un local para celebrar sus reuniones semanales. "Nosotros estamos muy preocupados por estos temas", dice el presidente.

"Hay gente que lo está pasando realmente mal. Nosotros tenemos un banco de alimentos en el barrio que presta ayuda a 129 familias. Es mucha gente, son casi 500 personas", informa.

El banco de alimentos se puso en marcha hace cuatro años. "Lo creamos a raíz de estos dos problemas de desahucio. Empiezas a meterte en el meollo y ves las cosas por las que pasan muchas otras familias. Había muchas cosas que desconocíamos y que no sabíamos que estaban pasando en el barrio", indica.

Son ocho los voluntarios que están al frente, en un local cedido por la Xunta en la calle Luxemburgo.

Para poder ponerlo en funcionamiento, O Mirador tuvo que modificar los estatutos de la asociación para darle un carácter benéfico. "Son muchas cosas las que se pueden llevar a cabo en un barrio", concluye Carlos Diéguez, presidente desde hace cinco años de la asociación vecinal.