Irene Díaz está diagnosticada de diabetes desde hace 17 años. Necesita un tratamiento farmacológico estricto y un control exhaustivo por parte de su endocrino. Tenía cita el pasado mes de junio con su especialista en la planta de consultas del CHOP pero fue anulada por vía telefónica.

Desde entonces Irene Díaz espera una nueva fecha para la consulta y lo hace con la incertidumbre que produce el desconocimiento del avance de una enfermedad sorda, que no alerta ni da síntomas.

Hace unos días se acercó al Hospital Montecelo, para interesarse por su cita. Allí le informaron de su endocrino lleva meses de baja y su consulta no tiene sustituto. Su cupo de pacientes tampoco ha sido distribuido en las consultas del resto de compañeros de su especialidad porque "ya están saturados y no admiten más", les explicaron.

Irene Díaz sabe que el suyo no es un caso aislado. Ella está dispuesta a ir semanalmente a Atención al Paciente y presentar quejas periódicas hasta conseguir que le den una cita con otro endocrino o que cubra la baja del especialista que hasta ahora la atendía.

"En mi caso concreto llevo cinco meses de retraso en esa revisión. Yo llevo mi enfermedad bajo control y sé cómo estabilizar mis niveles de azúcar. Pero esta dolencia no te avisa de nada y me pregunto cómo estará afectando esto a personas de edad, que a lo mejor necesitan ese control periódico para evitar males mayores". Y es que Irene Díaz sabe que la falta de supervisión puede derivar en un coma diabético, "con efectos en la visión, en los órganos vitales y con consecuencias graves en la calidad de vida de un paciente". Considera "muy grave" que las citas se estén retrasando sin fecha para la totalidad de los pacientes "incluidos niños y ancianos".

Estos argumentos fueron expuestos por Irene Díaz en Atención al Paciente y la única respuesta obtenida es que "si me pasa algo me vaya a Urgencias". Sin embargo considera que cualquier alteración derivada de la falta de control médico no es un "caso de Urgencias". Entiende "que no debo saturar ese servicio, cuando con una consulta se resuelve y el paciente se queda tranquilo". Porque si todo va bien, el especialista solo debe dar continuidad al tratamiento, "pero si algo va mal, y las analíticas así lo reflejan, lo importante es cambiar las pautas cuanto antes, para compensar y corregir cualquier desajuste".

Relata que son muchos los problemas asociados a una diabetes, de ahí que una vez diagnosticada la enfermedad los servicios sanitarios insistan en que el paciente debe llevar un estilo de vida saludable y siguiendo unas pautas estrictas, tanto en la práctica de ejercicio como en la alimentación. "La reacción al tipo o cantidad de insulina que te pautan no siempre es la esperada, de ahí que cuando la enfermedad se cronifica presten una atención personalizada al paciente a través del especialista", explica Irene Díaz.