Cerca de 3.000 tuits y unos 300 comentarios en Facebook centraron el balance de participación en la campaña #PrimAcoso iniciada en noviembre de 2016 por el Concello de Pontevedrapara denunciar a través de las redes sociales las experiencias vividas por mujeres desde la infancia. El hashtag hacía referencia a las palabras "primeiro acoso" o "primer acoso".

Los datos fueron analizados por un equipo de investigación de la UVigo, dirigido por María Lameiras y que esta mañana fueron presentados en un acto al que acudió la concejala Carmen Fouces y la directora del CIM, Rosa Campos.

Entre las conclusiones destaca que el 76% de los casos relatados en esta campaña corresponden a la infancia, y su gran mayoría, un 65%, refieren abusos y agresiones. Familiares o personas cercanas a las menores, en un 90% de los casos con edades inferiores a los 16 años, son los responsables de estos acosos. Entre los ejemplos de relatos compartidos a través de twitter destacan los que se refieren a profesores que aprovecharon su situación de poder para realizar tocamientos a alumnas, o los de adultos anónimos que utilizaron la indefensión de las menores para ejercer una actitud de violencia sexista.

Para la coordinadora del estudio, María Lameiras, los datos reflejan una concordancia con los hechos públicos recientemente por un estudio de la Comunidad Económica Europea, que sitúa los casos de acoso en una de cada dos mujeres, lo que supone el 50% de la población femenina.

"O acoso é un xeito de frenar o avance das mulleres; unha forma de deixarnos claro que estamos nun lugar que non nos corresponde", apunta María Lameiras. Por ello, hizo un llamamiento social a que no se consienta la impunidad de los agresores y a impedir la cronificación de la violencia de género.

En este sentido destacó la participación masculina en esta campaña, en la que un 42% de los hombres la valoró de forma positiva e incluso se reconoció cómplice de alguno de estos comportamientos en algún momento. Y es que Carme Fouces insistió en que el caso se ha mimetizado con la cortesía, lo que en ocasiones confunde a las víctimas.

"Este tipo de violencia é un fenómeno que vai impactar na vida da muller e que se vai repetir, con agresores diferentes. Non se trata dunha experiencia puntual. É unha pandemia", afirma María Lameiras.

El estudio analizó también el lugar en el que se produce el abuso, su duración (entre 3 y 5 años) y la identificación del abusador (generalmente alguien cercano a la víctima). También se presta especial atención a los sentimientos que generan a las mujeres este tipo de situaciones y sus reacciones, tanto pasivas, como la huida, bloqueo, permisión o silencio, hasta las activas, de agresión y protesta.