El gasto en medicamentos del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés el año pasado se incrementó en más de un 18 por ciento respecto al anterior debido, básicamente, a un importante aumento de pacientes crónicos complejos, que es para quienes va destinada la mayoría de la inversión total.

En 2017 el Complexo Hospitalario de Pontevedra, CHOP, invirtió en medicamentos y tratamientos 44,6 millones de euros, frente a los 38,5 del año anterior. Es una subida significativa ya que en el ejercicio previo apenas había habido variación, con 38,6 millones de euros. "A mí me gusta recalcar que más que un gasto es una inversión en los tratamientos, fundamentalmente para los pacientes crónicos complejos", destaca Carlos Crespo Diz, jefe del servicio de Farmacia del CHOP desde 2013.

En esta línea, informa de que en los últimos cinco años el gasto en los pacientes ingresados se mantiene, con una media de entre 5 y 6 millones de euros anuales. Esto ocurre porque se trata de procesos que están estandarizados y porque cada vez hay menos estancia. También porque el coste de los medicamentos que se utilizan dentro del hospital disminuye al usarse más genéricos.

"No ocurre lo mismo con todos los tratamientos crónicos complejos que se están dispensando en la farmacia hospitalaria para pacientes que los tienen en régimen ambulatorio, ya sea en hospitales de día, fundamentalmente oncológicos, o en domicilio, los que tienen enfermedades inmunomedianas", asevera.

Crespo Diz destaca que no se hace un "gasto desmesurado", sino una inversión para el tratamiento de estos pacientes. "La vida de estas personas ha mejorado muchísimo e incluso ha mejorado su supervivencia", añade. Pone como ejemplo la leucemia mieloide crónica: "Hace unos años los pacientes fallecían y ahora tienen unas supervivencia de más de 15 años. Incluso estos tratamientos han reducido su coste debido a los genéricos".

Los que sí incrementan la inversión en medicamentos son los pacientes de enfermedades como el VIH, esclerosis múltiple, artritis reumatoidea, enfermedades inflamatorias intestinales (Crohn o colitis ulcerosa) y psoriasis, entre otras. "Son pacientes que están en su domicilio y se está incrementando su número cada vez menos en determinadas patologías como el VIH, que es la que más recursos farmacoterapéuticos consume. Por el contrario, el aumento se da en enfermedades inflamatorias intestinales, dermatológicas y reumatológicas, en las que todavía no se ha alcanzado el techo de la alternativa terapéutica con la que se consigue su curación, por eso hay que mantener el tratamiento crónico", asegura.

A principios de este año el área sanitaria trataba en Pontevedra y O Salnés a cerca de 9.200 pacientes crónicos complejos. "Y a lo largo de todo el año han aumentado un 5 por ciento", apunta el jefe del servicio de Farmacia del CHOP.

Alternativas terapéuticas

Para ello surgen alternativas terapéuticas que mejoran la calidad de vida del paciente, pero que incrementan esa inversión o gasto.

"De ahí que cada vez se utilicen más los medicamentos biosimilares en los tratamientos biotecnológicos que se usan para estas patologías. Son más baratos que los innovadores de marca. Se trata de compaginar con genéricos y biosimilares para poder tener más alternativas y utilizar la innovación terapéutica", manifiesta.

En este sentido, y respecto a los miedos que los pacientes pudieron manifestar en su momento sobre los genéricos, "apunta que ya tienen claro que es un medicamento igual que el original pero sin los costes de investigación", los mismo que ocurre con los biosimilares respecto a los biotecnológicos.

Carlos Crespo Diz avanza que en dos o tres años "nos vamos a encontrar con las nuevas terapias avanzadas, las celulares y génicas, que están demostrando en ensayos curación de pacientes que ahora no tienen alternativa terapéutica".