Una madre está dispuesta a todo por un hijo. Incluso a asumir la culpa de un delito que no cometió. Y como ejemplo de ello basta con echar un vistazo a una sentencia de la Audiencia de Pontevedra en la que se condena a una madre por intentar encubrir a su hijo tras provocar este un accidente con una conducción manifiestamente temeraria, según señala el fallo.

Se trata de una sentencia dictada en su día por el juzgado de lo Penal 3 de la capital y que acaba de ratificar la Sección Segunda de la Audiencia el pasado mes de octubre. Los hechos declarados probados se remontan al pasado 3 de julio de 2016, cuando sobre las 23 horas el acusado conducía su vehículo por la Nacional 525, en el tramo que discurre por el norte de la provincia de Pontevedra.

Según el tribunal, este joven pilotaba su vehículo "omitiendo las más elementales normas de circulación" de tal forma que al incorporarse a esta carretera Nacional lo hizo sin respetar una señal de stop, lo que provocó que un primer vehículo tuviera que dar un frenazo brusco para evitar la colisión.

Señala la sentencia que este conductor continuó circulando "haciendo eses, invadiendo el carril contrario de circulación en varias ocasiones", hasta que en una de ellas colisionó contra un Citroën C-4 que circulaba correctamente, lo que provocó que este perdiese el control y a su vez impactase contra un motorista. Otro piloto de una motocicleta que circulaba justo detrás se fue al suelo como consecuencia del accidente.

Fue entonces cuando, según el fallo, la madre se enteró de que su hijo había tenido un accidente y que podría ser investigado como posible responsable de un delito (ya había sido condenado en 2014 por conducir bajo los efectos del alcohol) por lo que se personó en el lugar del accidente. Una vez allí, se presentó ante los agentes de la Guardia Civil como la conductora del vehículo, pese a ser consciente de la falsedad de dicha afirmación.

Ante el testimonio de la mujer, los agentes procedieron a realizarle a ella la prueba de la alcoholemia, dando esta positivo con un resultado de 1,09 y 0,93 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, es decir, una tasa que estaría considerada como delito. No obstante, los guardias civiles descubrieron la mentira de la mujer y la identidad del verdadero conductor, es decir, su hijo, por lo que no llegaron a iniciarse actuaciones procesales por el delito de conducción etílica asumido por esta mujer.

Multa de 540 euros

Así las cosas, el juzgado de lo Penal número 3 de Pontevedra concluyó que los hechos eran merecedores de una condena de un año de prisión para el hijo de esta mujer como autor de un delito de conducción temeraria, así como dos años y un día de retirada de carné. Por su parte, también impuso a la madre una pena de tres meses de multa a razón de seis euros diarios (es decir, 540 euros) como autora de un delito de simulación de delito en grado de tentativa.

La defensa de ambos recurrió ante la Audiencia Provincial, pero el tribunal provincial no hecho otra cosa sino ratificar el fallo al entender que la interpretación de los hechos que hizo la juez de instancia fue "razonable y coherente".