Los conductores que a primera hora de esta mañana tuvieron que entrar en Pontevedra procedentes de la carretera de Vilagarcía se tuvieron que armar de paciencia. La razón fue una conjunción de factores que provocaron que llegar a la capital de la provincia fuese una auténtica odisea.

Los problemas se centraron en el entorno de Campañó y Alba. Minutos antes de las diez de la mañana un transporte especial que portaba una enorme viga de hormigón causó importantes caravanas entre A Devesa y Campañó, generando colas que llegaban desde la rotonda de Campañó a la De Alba y también hasta la zona de A Devesa.

Pero es que además, los conductores que intentaron eludir las colas que formaba este transporte especial tomando en la rotonda de Alba, para dirigirse hacia la carretera de Nacional 550 y entrar por Médico Ballina en la ciudad se encontraron también, de nuevo, con importantes atascos provocados por unas obras que se están realizando en el puente ferroviario de Alba.Unos trabajos que obligan a cortar uno de los carriles de este vial y que también está causando retenciones al dar paso alternativo un semáforo a los vehículos que circulan en uno y otro sentido. Finalmente, el trayecto entre las dos ciudades que se suele hacer en media hora se completaba en algo más de una hora.

Mientras que la circulación se normalizó tras el paso del transporte especial en la carretera de Vilagarcía, los problemas se mantenían a causa de las obras en el vial de Alba.