Las especies invasoras de setas empiezan a verse cada vez con más frecuencia en los montes de la comarca. La asociación micológica Brincabois ha localizado un hongo procedente de Madagascar que entró primero en diferentes puntos de España y que ahora ya se encuentra también en Galicia.

"Su comportamiento es invasor, lo que pasa es que todavía no podemos saber en qué modo va a afectar a las especies de aquí. Lo que suponemos es que terminará desplazando a las más vulnerables", explica Jaime B. Blanco Dios, portavoz de Brincabois.

No es una especie comestible, ya que su tamaño es muy pequeño. Suele nacer en madera de frondosas, a la que se adhiere dejando, eso sí, una bonita estampa debido a su color anaranjado.

"Suelen ser un problema porque los hongos son muy competitivos, por lo que es fácil que ocupen espacios que tenían los de aquí", advierte.

La primera vez que se vio a este hongo, Flavolaschia Calocera, fue en la comunidad asturiana hace unos años. "Ahora ya se conocen varios lugares de Galicia en las que se da. De hecho, ayer mismo la encontramos en dos puntos muy separados de la provincia: en la parroquia de Mourente y en el concello de Chapela. La cosa tiene mala pinta", informa el experto.

No es la única seta invasora que prolifera en la comarca. "Hay otra que se da mucho, aunque este año no la encontramos. Huele muy mal y es la que se conoce como Man do Demo. Es como un pulpo al revés. Cada vez está ocupando más espacio y puede llegar a ser un problema", alerta Blanco Dios.

Brincabois sacó ayer a la calle su tradicional exposición de setas, "una muestra representativa de lo que se puede encontrar en estos momentos en los montes de la comarca".

Decenas de especies que atrajeron la curiosidad de los aficionados a la micología pero también de aquellos que no han tenido contacto con esta materia.

Así, el jardín anexo a las ruinas de San Domingos se convirtió en expositor de amanitas, macrolepiotas, cantarelas, coprinus y champiñones, entre muchas otras. Por su puesto, no faltó el Peido de Lobo, conocida por su mal olor.

Este año la muestra incorporó hasta una docena diferente de especies de amanitas.

"Faltan algunas especies pero también hemos incorporado otras que habitualmente no tenemos, como la Amanita Caesarea, o de los Césares, de gran valor comestible", asegura orgulloso Blanco Dios.

Esta seta tiene un gran valor culinario y en el mercado puede alcanzar un precio de 30 euros el kilo.

A su lado, las tan temidas Amanita Muscaria, de color rojo y muy tóxica, y la Faloides, mucho menos vistosa pero la más peligrosa y mortal de todos las setas, con el añadido de que es fácilmente confundible con otras comestibles.