El ministerio de Fomento saca a licitación la redacción del estudio económico e informativo de la variante oeste de la N-640 de Caldas y Vilagarcía. La obra es una vieja demanda por parte del Concello ya que permitiría desviar el tráfico de la carretera nacional, que se dirige a Vilagarcía, especialmente por los camiones que se dirigen al puerto arousano.

El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, anunciaba ayer la licitación de este estudio informativo sobre la variante oeste, en una visita a Vilagarcía, donde estuvo acompañado por la subdelegada del Gobierno. Losada destacó que esta obra "dará servicio al área occidental de Caldas y al puerto de Vilagarcía, lo que supondrá una mejora para el tráfico, la movilidad y la seguridad vial, con una inversión de 54 millones de euros". La obra contaba con una partida de los Presupuestos Generales del Estado de 321.000 euros.

El anuncio fue bien recibido por el alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey. "Supone una mejora importante en la comunicación con las industrias, especialmente en Veigas de Almorzar", indicó.

La obra es una vieja aspiración del propio gobierno local caldense reclamada en 2002, en el contexto en el que se acabaría construyendo la variante occidental, que une la N-550, desviando su tráfico del centro de Caldas, siendo la alternativa para los vehículos que se dirigen tanto en dirección Pontevedra, como hacia Santiago y Cuntis y A Estrada, ya que el vial entronca en la parroquia caldense de San Andrés con la N-640. También se acabaría construyendo a posteriori la propia variante que conecta el puerto de Vilagarcía y conecta con la rotonda de la N-640 en la parroquia caldense de Godos y que sirve de acceso al hospital de O Salnés y de conexión con la autovía de O Salnés por medio de la VG-4.2 Ahora Fomento saca del cajón al proyecto que completa estas dos actuaciones.

Diversas opciones

Losada en su comparecencia no especificó el tramo de la N-640 por la que se estudiará la variante oeste. En su día, se habían estudiado múltiples opciones, aunque en 2008 Fomento apostaba por la alternativa siete, una opción que fue rechazada en su día en el pleno de Caldas por unanimidad. La opción contemplaba partir de un enlace en el punto kilométrico 230 de la N-640, entre O Pousadoiro y Godos, para finalizar en el 96,600 de la N-550, en la parroquia caldense de Bemil, junto con el entronque de la variante ya construída. Una opción rechazada por su ineficacia para descongestionar el tráfico del centro de la villa termal y por su impacto en las parroquias de Bemil y Saiar.