El juicio contra los integrantes de la asociación Orden y Mandato San Miguel Arcángel continúa en la Audiencia de Pontevedra con una nueva sesión en la que prestaron declaración tres padres cuyos hijos (y también ellos mismos) fueron miembros del grupo y que más tarde -cuando ya se encontraban fuera de la agrupación- denunciaron a Miguel Rosendo por las supuestas irregularidades que descubrió un detective privado que contrató uno de ellos.

En primer lugar terminó su declaración uno de los padres que ya compareció el lunes pero cuyo interrogatorio como testigo no pudo completarse en esa jornada.

Posteriormente, respondió a las preguntsa del tribunal C. P., padre de dos de las consagradas "miguelianas". Mientras que una de sus hijas es denunciante de supuestos abusos por parte de Miguel Rosendo, la segunda, que fue "bastón" del líder, se mantiene fiel al grupo que apoya la inocencia del fundador de Orden y Mandato. Su padre afirmó ayer en el juicio que se cree la versión que da la primera de ellas sobre los supuestos abusos porque su otra hija nunca le quiso explicar nada de lo sucedido. Insistió en cualquier caso que lo que quiere es recuperar a ambas y que tras años sin relación con ella le gustaría volver a retomar el contacto.

Por otra parte, también declaró uno de los progenitores de una de las acusadas, quien aseguró entre lágrimas que hace casi dos años que no tiene contacto con su hija.

Estos padres forman parte de la acusación particular que aseguran que supieron de los supuestos abusos sexuales una vez que ya habían abandonado el grupo. La defensa de algunas de las acusadas les critica que se "opongan" a que sus hijos e hijas "tengan libre albedrío y voluntad".

El juicio continuará mañana con nuevas declaraciones, de hecho, está previsto que la vista oral se pueda extender hasta principios del mes de diciembre.