Música y una ofrenda floral arromparon el acto celebrado, como cada 12 de noviembre desde 1999, en reconocimiento a los pontevedreses fusilados en esta fecha de 1936 por defender la democracia, la República y los derechos de Galicia.

Enriqueta Otero Molas, María Lores y su hija Marica Adrio, familiares de los represaliados en la primavera de1936, reclamaron en sus intervenciones un "futuro sin rencor", en referencia a uno de los últimos escritos de Adrio.

La de ayer fue una jornada de "recoñecemento e gratitude" y de "respeto e dignidade". Así lo reconocía ayer Luis Bará, que marcaba la jornada como Día da Memoria Histórica, ante un concurrido aforo rente al monumento levantado en memoria al abogado José Adrio Barreiro, al maestro Germán Adrio, a los médicos Telmo Bernárdez, Luis Poza y Amancio Caamaño, al periodista Víctor Casas, a los profesores Paulo Novás y Benigno Rey, al impresor Ramiro Paz y al capitán de guardia de asalto Juan Rico González.

Para todos ellos tuvo palabras de reconocimiento el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, 82 años después de que fuesen asesinados en A Caeira.

Lores reclamó en su intervención una ley de Memoria Histórica que haga justicia. "Ainda que sexa incómoda, ten que ser unha prioridade, un programa de actuación valente, decidido e audaz".

Aseguró que no se puede construir el futuro de un concello "sobre o esquecemento, sobre a ocultación do pasado, sobre a derrota da humanidade e da democracia. Non se pode erguer nada novo sobre a ruína moral, sobre o ermo ético, sobre o sometemento, sobre o olvido".

Reivindicó las lecciones de "vida e de dignidade que nos deron as persoas que estamos a lembrar. Precisámolas máis ca nunca nestes tempos en que a prolongada sombra do fascismo percorre de novo Europa e o mundo".

El regidor pontevedrés concluyó su intervención con un llamamiento: "Nunca máis o silencio e o esquecemento que tamén son unha forma de matar".