Las obras de rehabilitación del puente de A Barca siguen quemando fases aunque en estas últimas semanas se está muy pendiente del cielo. Y es que las distintas alertas de temporal complican mucho el trabajo en una zona tan expuesta a las malas condiciones meteorológicas como las que se están registrando estos días en las Rías Baixas.

Entre temporal y temporal, es posible que el mal tiempo pueda afectar a los plazos inicialmente previstos para esta obra, aunque el calendario previsto indica que a finales de este mismo mes podría comenzar la instalación de la nueva marquesina que lucirá el puente. En todo caso, desde la Consellería de Infraestructuras e Mobilidade se insiste en que esto ocurrirá siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan.

En cualquier caso, la imagen actual del puente es llamativa. La marquesina antigua está ya prácticamente retirada en su totalidad, salvo los elementos que sostienen la barandilla del lado en el que todavía se permite el paso de los peatones que transitan a diario por este viaducto. En uno de los márgenes, tanto la marquesina como la barandilla está completamente retirada y el paso está cerrado a los viandantes. En estos momentos, la nueva marquesina está en fabricación.

Por otra parte, desde la Consellería de Infraestructuras e Mobilidades explican que los trabajos de rehabilitación del hormigón de la estructura del puente están "avanzados". Se señala también que una vez finalizados estos habrá que pintar, pero este trabajo solo se puede llevar a cabo cuando el tiempo lo permita.

El objetivo de la Xunta, según se anunció a finales del mes de agosto, era que las obras pudieran estar rematadas antes de que finalice el año. La administración autonómica destina 1,2 millones a esta actuación que se pusieron en marcha una vez que se detectó que el viaducto necesitaba de reparaciones urgentes, sobre todo, después de quedar bastante maltrecha la vieja marquesina como consecuencia, precisamente, de los temporales del pasado invierno.

Según se informó en su momento, no solo se intervendrá en la mejora y conservación del propio puente para incrementar su vida útil, sino que se renovará esta marquesina. La que se está construyendo actualmente contará con una nueva estructura de madera y recibirá un tratamiento protector especialmente diseñado para evitar la acumulación del agua y con una cubierta de aluminio que tiene como objetivo evitar un rápido deterioro y garantizar una mayor resistencia ante los temporales para evitar problemas como los del invierno pasado.

Los trabajos se verán completados con la instalación de una nueva iluminación, que contará con proyectores LED en el puente y la carretera. No solo permitirán que el viaducto sea más eficiente desde el punto de vista de ahorro energético, sino que también contribuirán a su puesta en valor al mejorar su estética y realzar una estructura que es también emblemática tanto para Pontevedra como para Poio al ser inaugurado en 1905.